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Violencia masiva:

 ¿individuos o ideologías?

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por Aitana Lago

Platicaba con un colega sobre las diferencias entre la conducta antisocial y la asocial, y teníamos distintos puntos de vista sobre la primera, pues para él antisocial es cualquier comportamiento que va en contra de la sociedad; para mí, además de ir en contra de la sociedad, la daña.

Creo que es un tema interesante, sobre todo por los recientes tiroteos que ha vivido el país vecino. ¿Qué lleva a un hombre a tomar un arma y disparar sin ton ni son? En esta ocasión me alejaré de mis reflexiones de pareja, porque creo que vale la pena indagar sobre estos acontecimientos, que mucho tienen que ver con una cultura de odio reafirmada por el gobierno estadounidense, pero también con trastornos de la conducta.

Así que, en efecto, la conducta antisocial tiene que ver con una serie de comportamientos que rompen las reglas o normas establecidas por una sociedad, pero que tienen una repercusión en distintos niveles, esto quiere decir que no solo es ir en contra de lo que dictan las normas, sino que al romperlas perjudican al individuo, a la familia o a la colectividad.

Si consideramos esa idea, podemos afirmar que un delincuente —ya sea ladrón, asesino, narcotraficante, secuestrador o terrorista— es antisocial, pues infringe la ley, viola los derechos de terceros y los daña.

Pero ¿por qué algunas personas tienen ese tipo de conductas? Primero, debemos entender que no todos pensamos y actuamos igual, nuestros impulsos y acciones tienen que ver con varios factores como las conexiones cerebrales, la cultura y educación de cada uno; la influencia de la sociedad, e incluso nuestro estado emocional.

En muchos casos, las funciones cerebrales se ven afectadas por cuestiones de estructura biológica o química. Nuestro cerebro funciona gracias a distintas sustancias que influyen en las neuronas y sus conexiones dependen también de la estructura, así que si hay alguna anomalía en la función cerebral, entonces nuestra conducta se ve modificada. Eso sucede en gran medida con los psicópatas, quienes tienen una visión egocéntrica del mundo, no son empáticos con los demás y son hostiles; tampoco expresan emociones y aunque se muestran como personas encantadoras, carecen de habilidades para establecer relaciones afectivas.

Esas manifestaciones de la conducta pueden observarse desde la infancia, y aunque la personalidad psicopática tiene alta probabilidad de derivar en una conducta antisocial, no todos los psicópatas son delincuentes.

Por otra parte, se encuentran los sociópatas; es decir, personas que —por biología o naturaleza— no presentan tendencias a la violencia, pero han desarrollado una aversión hacia la sociedad por experiencias vividas que les han marcado profundamente. El sociópata, entonces, puede sentir empatía con algunos individuos, experimentar sensaciones como el miedo y distinguir entre el bien y el mal; sin embargo, a pesar de ello, puede incurrir en conductas antisociales, aunque es menos probable.

En relación con la conducta antisocial como tal, el Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales (DSM) —la biblia de los psiquiatras y psicólogos—, en su versión más reciente, engloba varios trastornos asociados a esta, como aquellos que tienen que ver con el control de los impulsos y el comportamiento —la cleptomanía o la piromanía, por ejemplo—; con la personalidad —entre los destacan los trastornos de la personalidad antisocial o de la personalidad límite—, y otros problemas de atención clínica —esto es, situaciones de contexto que pueden derivar en comportamientos violentos como maltrato, abuso o delincuencia—. Eso quiere decir que la conducta antisocial abarca un número importante de manifestaciones que dañan a terceros y que pueden tener múltiples orígenes, cada caso es particular. Y aquí otra aclaración: no todas las personas que presentan conducta antisocial son psicópatas o sociópatas.

En cuanto a los autores de los tiroteos del fin de semana en El Paso y Dayton no se sabe mucho sobre sus motivaciones o su estado psicológico. Los medios nos han señalado la posible relación con manifiestos racistas publicados en internet y es de suponerse que las agencias de inteligencia y seguridad analizarán a profundidad las personalidades y conductas de los perpetradores, por lo pronto diremos que su comportamiento es antisocial y que es una realidad a la que hay que ponerle atención.

Como lo mencioné al principio, los actos de violencia como los recientes tiroteos masivos tienen que ver con conductas antisociales en el nivel individual, pero también con otros factores como la cultura de odio, el racismo y otras ideas de supremacía, que se han ido enraizando cada vez más en Estados Unidos, sobre todo desde la llegada de Donald Trump a la presidencia; y también se relacionan con la posibilidad de que cualquier ciudadano pueda portar armas, ¿no sería el control de estas una medida preventiva que ayudaría a disminuir ese tipo de crímenes? A fin de cuentas, esos actos de violencia se llevan a cabo porque las personas tienen los medios y herramientas para hacerlo. No voy a analizar las políticas de seguridad estadounidenses, pero creo que deberían poner mayor atención en lo que sucede dentro de su país y con sus ciudadanos, pues parece más grave que lo que la inmigración les puede causar.

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Aitana Lago

Psicóloga -de esas que están más dañadas que los pacientes- experimentadora de la vida, cuentera, soñadora y solitaria eterna. Regala vivencias de amor, sexo y venganza para una vida feliz.

Los Calzones de Guadalupe Staff

Aquí hablamos de lo que importa decir, que es generalmente lo que nadie quiere escuchar

Tags   violencia, sociópatas, psicópatas,  tiroteos, Aitana Lago

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