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El amor, complejo sentimiento lleno de vicisitudes que nos llevan a descubrir horizontes ilimitados que nos sumergen en aras de su encuentro ineludible.

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El amor, manifestación del alma que trasmite emociones incontenibles de pasión y de alegría.

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Bellísima sensación que a cada momento podemos expresar a nuestros seres queridos; aunque para algunas personas resulta difícil demostrarlo con cariños o palabras dulces, quizá por el temor al rechazo o por considerar que son cursilerías de un estado de ánimo, sin saber cuán importante y necesario es para nuestro ser recibir o dar ese beso, abrazo, caricia o palabra de afecto.

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En algún instante de nuestras vidas nos convertimos en Víctimas del Amor que nos atrapa entre sus redes y nos envuelve en su sutil encanto, aunque en ocasiones suele ser doloroso o atormentado, sobre todo cuando lo enfrentamos con nuestra pareja sentimental y vamos descubriendo manifestaciones que nos desconciertan y conducen al desamor.

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Por supuesto que no todo es dulzura ni romanticismo, debemos ubicarnos que existen muchos altibajos que nos desequilibran y que, para alcanzar la estabilidad entre el amor y el desamor, lo primero que debemos hacer es valorar con detalle las causas y poner en la balanza nuestros sentimientos contra las malas acciones de los demás, sólo entonces haremos uso de nuestra fortaleza para luchar por lo que realmente valga la pena.

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Lo que si debemos tener muy claro es que el amor no debe representar sinónimo de sacrificio o esclavitud, muy al contrario, ser libres para disfrutarlo en el momento preciso que así lo deseemos.

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Seamos víctimas del amor, en el buen sentido de la palabra y seamos capaces de alcanzar nuestra estabilidad emocional con dignidad y respeto a nosotras mismas.

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Calzonudamente

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Florencia

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