top of page

Una puerta hacia la Trascendencia

FUENTE: Getty Images

Por YARELY TAMEZ

La filosofía del Tantra, originada en oriente hace más de 4,000 años, busca la trascendencia y la iluminación espiritual a través de la práctica de la sexualidad. No obstante, un requisito de esta práctica sexual es el amor. El sexo tántrico busca disfrutar del placer, prestando atención a todo el cuerpo, y no únicamente a la zona de los genitales. La práctica del sexo tántrico se fundamenta en cuatro aspectos denominados Llaves, que van generando un crecimiento espiritual, el cual nos prepara para compartir nuestro ser y generar la conexión necesaria para el encuentro sexual.
La primera llave consiste en aceptarse a uno mismo y a los demás tal como son. Cuando la mujer se acepta a sí misma, con virtudes y defectos, capacidades y complejos, así como a su pareja, podrá disfrutar plenamente de sus relaciones sexuales. La segunda llave se refiere a estar presente en el momento con los cinco sentidos. Esto permite disfrutar la relación sexual de una manera más satisfactoria. La tercera llave consiste en expresar lo que se siente y piensa. Este aspecto habla de aprender a pedir lo que queremos y lo que nos gusta,  así como aprender a escuchar a nuestra pareja. Finalmente, la cuarta llave es el movimiento armónico y fluido.  Este punto se refiere a saber acompasar nuestra energía y nuestros ritmos con los de nuestra pareja, para que ambos puedan fluir libremente y estar en armonía durante el acto sexual.



En el sexo tántrico la meta no es el orgasmo, como en el caso de la sexualidad occidental, sino la trasmisión de la energía sexual que se genera entre ambos amantes, y aprender a disfrutar del sexo sin prejuicios, ni ansiedad. Cuando disfrutamos de la experiencia sexual libremente, se potencian los sentidos. Aunque para poder ser libres en el sexo primero es necesario ser libres como personas. La práctica del sexo tántrico se enfoca en los masajes, las caricias y los besos, es decir, lo que se denomina el preludio de la experiencia sexual, que debe continuarse durante todo el tiempo que dure la experiencia, la cercanía entre los amantes es primordial. También se hace énfasis en el ambiente, p.ej., un lugar especial con luz adecuada y música relajante.
Parte fundamental de la sexualidad tántrica consiste en el despliegue de la energía Kundalini. Esta energía provoca el desarrollo espiritual del individuo, al disolver los miedos y las ataduras que anidan en nuestra mente. La energía Kundalini limpia los chakras y armoniza nuestro estado emocional. Esta fuerza mejora nuestra sexualidad y nos hace experimentarla con mayor intensidad. En el Tantra, la energía Kundalini es representada como una serpiente que se halla enroscada en el primer chakra o chakra raíz. La energía sexual o Kundalini al ascender al resto de los chakras va desbloqueando cada uno hasta conectar con el último. Es indispesable tener un equilibrio emocional para que la energía sexual sea adecuadamente canalizada a través de todo nuestro cuerpo.





Un aspecto muy importante del sexo tántrico es la respiración, que debe sincronizarse con la de nuestra pareja. Una vez que esto ocurre, la respiración de los amantes aumenta y prolonga la conexión que existe entre ellos. Deben sentarse uno frente al otro mirándose a los ojos, y comenzar a acariciarse respectivamente, sin dejar de respirar. De esta forma se genera un equilibrio entre ambos cuerpos, relajándose y experimentando de manera tranquila y sosegada la experiencia sexual. Las caricias, acompañadas de la respiración, hacen que se potencien todos los sentidos, y el placer se irradia al resto del cuerpo, más allá de la zona genital. La excitación se incrementa progresivamente. La pareja debe situarse en el momento presente y tener una conciencia plena de la experiencia que los dos están viviendo. Cuando el placer se irradia a cada célula del cuerpo, la mujer puede llegar a tener múltiples orgasmos. Este tipo de práctica sexual demuestra que el clímax está en la mente, todo es cuestión de estar conscientes y crear una conexión profunda entre ambos amantes. De este modo, el orgasmo se convierte en una explosión de energía en todas las células del organismo.




Ya que la mujer es mucho más sensible que el hombre a nivel sexual, su orgasmo es un instante único donde la mente abandona cualquier pensamiento, y no existe miedo o represión de ningún tipo. Conectada al éxtasis, la Shakti (diosa interior de cada mujer) despierta su Kundalini, energía que recorre desde el sacro hasta la cabeza, haciendo desaparecer todos los límites físicos y psicológicos que normalmente tenemos. Tras la experiencia de un orgasmo así, la mujer se transforma por completo. El orgasmo tántrico es equivalente a una puerta que la conecta con la experiencia de trascendencia. Como la mujer lleva su energía hacia adentro, es decir, implota, es mucho más fácil para ella ir hacia su mundo interior y abandonarse. Para el hombre es más difícil, porque él detona hacia el exterior. La mujer al despertar su Shakti (diosa interna), puede tener orgasmos en cadena, lo cual le proporcionará un estado interno de plenitud y alegría. El orgasmo es experimentado como una electrificación de todo su cuerpo, su piel se erotiza, y entra en un estado de plenitud. Así, la sensación de tiempo, espacio y pensamiento desaparecen por completo. La descarga de energía sexual asciende por la columna y activa cada uno de los chakras. Esta experiencia pone a la mujer en contacto con su espiritualidad, la hace entrar en un estado de erotismo, amor, y despersonalización absoluta. Constituye un sentimiento único que permite la fusión de dos seres, por un instante que parece prolongarse indefinidamente.


 

Suscríbete a nuestra Revista Digital

     Y recibe nuestro Newsletter gratis cada semana

Lo tienes que leer

Corazóm Millennial

México sigue en pie porque los millennials lo llevan en la sangre

POR ERENDIRA SVETLANA

Si te gusta

¡Danos Like!

Si te gusta

¡danos like!

Suscríbete a nuestra Revista Digital

     Y recibe nuestro Newsletter gratis cada semana

bottom of page