
Un himno feminista
por Tania Cortés
Desde Santiago de Chile hasta la Ciudad de México, desde Nueva York hasta Barcelona y Madrid, desde Bogotá hasta Berlin, París, Amsterdam y Bruselas, son millones de mujeres, todas con una cinta negra en los ojos, todas moviéndose al ritmo de la misma coreografía, todas armadas con su decepción y su coraje, todas repitiendo las mismas palabras indignadas: “El violador eres tu”, el “violador eres tu”.
Esta es la historia de una canción que se hizo himno de un siglo, himno de un género, de una generación que se volvió todas las generaciones de la historia de la humanidad, un himno vuelto coreografía y baile, vuelto reclamo encendido y estandarte, es la historia un grupo de mujeres valientes que supieron cantar la rabia de un conglomerado entero, de muchas historias y muchos llantos, de miles y miles de mujeres en todo el mundo que han vivido en sus sociedades la misma discriminación y la misma violencia, es la historia de un cántico de guerra, un clamor revolucionario.
Se llama “Un violador en tu camino”, y es nuestro nuevo salmo, el salmo de las mujeres, lo cantamos, lo rezamos, lo bailamos, lo gritamos, aquí en México igual que en Alemania, en Japón, en Francia. Es una canción y una coreografía que al momento en que escribo esto, ya se ha escenificado en las plazas del mundo entero.
Este cántico feminista nació en Chile el pasado 25 de noviembre, Día Internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer. Fue el colectivo chileno Las Tesis quien propuso inicialmente esta sencilla performance que ya ha recorrido medio mundo y se alza como un himno global del feminismo, sacudiendo las calles de las grandes capitales con la potencia de sus versos y el vigor de su coreografía libertaria. Su consigna más dramática se hizo viral rápidamente: “El violador eres tú” “El violador eres tú”, la escena nos impacta, cientos de mujeres en alguna plaza del mundo, con los ojos vendados por cintas negras, gritando esta simple frase y señalando a quien escucha con un dedo índice implacable.
La imagen se repite en cada rincón del planeta, los videos subidos a las redes sociales se cuentan por miles y los han visto millones de personas de todas las nacionalidades. Es un fenómeno sin precedentes, un conjunto de frases cantadas y bailadas con una coreografía determinada que millones adoptan inmediatamente como su grito de guerra. El tema trasciende muy pronto la barrera de las generaciones, y mujeres de todas las edades se suman a la protesta vuelta canto y movimiento rítmico del cuerpo, se reúnen por centenas en todas partes para interpretar la performance de “Un violador en tu camino”.
Esta performance nació como parte de una obra escénica creada por el colectivo feminista Las Tesis, integrado por cuatro chilenas, la canción está basada principalmente en textos de la antropóloga feminista Rita Segato, y su intención es romper con los mitos existentes sobre la violación, así como denunciar la impunidad que se vive en todas las sociedades al respecto de este crimen.
La letra de este himno incluye un fragmento menos conocido que es parte literal del himno de los carabineros, la policía de Chile, y las creadoras de la performance han dicho que fue incluido en la letra de la canción de forma irónica, puesto que son los policías en cualquier parte del mundo quienes violan y fomentan la impunidad de este crimen.
Desde que Las Tesis presentaron su performance, cantando primero en las calles de Valparaíso y después en Santiago de Chile, su canto se fue propagando entre los distintos grupos de mujeres, hasta convertirse en un auténtico fenómeno social, un fenómeno que explotó y pronto se les escapó de las manos, del que se fueron apropiando poco a poco otros colectivos, otras voces, otras mujeres urgidas de ponerle palabras a su desesperación, a la injusticia y el miedo que viven todos los días.
Desde nuestra perspectiva, no es casual que esta performance se haya vuelto viral y se haya convertido en un movimiento mundial en tan poco tiempo. El fenómeno de la violencia contra las mujeres es grave en todo el mundo, sus repercusiones son dramáticas y las mujeres ya no están dispuestas a guardar silencio sobre este hecho. Y no es para menos, el impacto del acoso, la violación y el feminicidio es un flagelo de todas las sociedades, un problema social que nos involucra a todos, hablar de ello toca nuestras fibras más sensibles. Porque una de cada tres mujeres en el mundo, han sufrido violencia sexual o física, porque la impunidad de los agresores es la norma en cada una de estas historias, porque juntas suman más de 87 mil muertes al año las agresiones que terminan en feminicidios en el mundo. La violencia contra las mujeres mata e incapacita a tantas mujeres como una de las enfermedades más letales, el cáncer.
Por ello la performance se ha vuelto un himno, por eso millones de mujeres de todo el mundo corean sus estrofas, por eso se vendan los ojos con cintas negras y aprenden la coreografía y se reúnen en las plazas y gritan con todo su coraje, su indignación, su rabia milenaria, la rabia contenida por muchas generaciones de mujeres que no fueron escuchadas, “El violador eres tu” “El violador eres tú”, lo seguiremos cantando todas, las vivas en sus trincheras, las que sobrevivieron al acoso y a la violencia, las muertas por feminicidio desde sus tumbas, las jóvenes, las viejas, las mexicanas, las chilenas, las americanas, las europeas, todas, desde donde estén, en las plazas y también dentro de sus casas, hasta que nos escuchen, hasta que nos queden claras sus estrofas, es nuestro himno, nuestro salmo, nuestra oración de supervivencia, “El violador eres tú” “El violador eres tú” “ Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía” porque el violador eres tú.
Es el canto de las mujeres, y con él nos prometemos unas a otras que nunca más estaremos solas.
Un violador en tu camino
El patriarcado es un juez
que nos juzga por nacer
Y nuestro castigo
Es la violencia que ya ves
Es feminicidio
Impunidad para mi asesino
Es la desaparición
Es la violación
Y la culpa no era mía ni dónde estaba ni cómo vestía
Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía
El violador eres tú
El violador eres tú
Son los pacos (los policías)
Los jueces
Los curas
El Estado
El presidente
El Estado opresor es un macho violador
El violador eres tú
“Duerme tranquila
Niña inocente
Sin preocuparte del bandolero
Que por tus sueños, dulce y sonriente
Vela tu amante, el carabinero”
El violador eras tú
El violador eres tú.
