
¡Sí a las becas del Fonca!
por Xóchitl Niezhdánova
El pasado 10 de junio, durante una conferencia en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, la senadora de Morena Jesusa Rodríguez declaró que las becas otorgadas por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) deberían desaparecer.
La reacción de varios intelectuales fue inmediata. El escritor Juan Villoro, por ejemplo, señaló que la desaparición de apoyos como los que otorga ese organismo sería “una persecución contra el talento artístico del país”.
Por su parte, Isaac Hernández, bailarín ganador del Premio Benois de la Danse 2018, expresó que sin un estímulo como el del Fonca se pone en riesgo la vida de México. El problema no solo reside en que se continúen brindando las becas que el gobierno otorga mediante esa dependencia, sino a quiénes se les otorgan.
Hasta el momento —como en la mayoría de nuestras instituciones—, ha habido corrupción y favoritismo a la hora de seleccionar a los destinatarios de esos apoyos. Hay gente que se ha perpetuado como becaria ¡hasta por veinticinco años!, lo que parece demostrar que, más que una subvención para estimular la producción artística, esa ayuda se ha convertido en un privilegio que solo beneficia a unos cuantos.
Estoy de acuerdo con el hecho de que para nuestro país es muy importante desarrollar otros sectores fundamentales como la industria y el campo. Pero el fomento al arte propicia nuestro desarrollo cultural, y también la preservación de un patrimonio intelectual que afianza nuestra identidad frente a la comunidad internacional.
En un país con 44% de pobreza sería ilógico no invertir en ámbitos enfocados en el crecimiento económico, pero no podemos avanzar si este no se acompaña de un desarrollo cultural. Es imprescindible sanear todas nuestras instituciones, incluyendo a la Secretaría de Cultura y al Fonca, que son indispensables para estimular la producción de actividades artísticas y culturales, cuya contribución en la recomposición del tejido social también es importante.
Por ello considero que los programas del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes deben ser revisados minuciosamente, con el fin de que se garantice una selección democrática de becarios, quienes sean elegidos, verdaderamente, por la relevancia de sus proyectos y en función del talento que posean.
México requiere artistas que revolucionen la manera de interpretar nuestra realidad; que nos compartan perspectivas diferentes de procesar la cotidianidad; que enriquezcan nuestro derecho a disfrutar del arte en todas sus manifestaciones. En síntesis, estoy totalmente en contra de la desaparición de las becas del Fonca, y muy a favor de su democratización.
