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¿Qué diablos es el amor?

por Aitana Lago

 

Me decía mi psicóloga – sí, la psicóloga va al psicólogo – que el amor no era algo tan natural, que los hombres eran miedosos de por sí y las mujeres además de no confiar en nosotras, no sabemos lo que queremos ¡ni cómo ayudarnos!

 

Con la última pareja que tuve – amigovio digamos – siempre platiqué sobre el amor y coincidíamos con que es para los necios, para los que tienen un deseo ferviente de no estar solos y se obstinan para construir algo que no es natural, por eso aguantan, ceden, dejan de ser ellos mismos para estar con alguien.

 

Tal vez sea una concepción demasiado pesimista del amor, pero es que se ha idealizado tanto, se le ha romantizado tanto que creemos que debe ser perfecto y para siempre. Pero en realidad el amor es una construcción social, es decir, un fenómeno que se desarrolla a través de la convivencia y la relación de las personas.

 

Sí, es verdad, tal vez sea el sentimiento más importante que podemos experimentar los hombres – porque los animales no tienen esa capacidad – es intenso y nos despierta emociones que muchas veces nos cuesta trabajo comprender, pero no es mágico, no es instantáneo, no se mantiene solo, al amor hay que trabajarlo y por eso digo que es de necios.

 

Además, clínicamente el amor es un evento que altera el estado de ánimo, nos puede llevar a manifestaciones depresivas y a la ansiedad, porque nos hace cuestionarnos acerca de nuestro propio ser y la interacción con los demás, sobre todo cuando no es como lo imaginábamos (o lo idealizamos).

 

Desde la ciencia se han explorado los factores que están involucrados en el amor y por qué se considera como el núcleo de las relaciones humanas. La biología ha estudiado las reacciones fisiológicas y mentales que se experimentan con el amor, mismas que se pueden ver en la actividad cerebral, pues se evidencian en la activación de la amígdala, una estructura encargada de producir emociones como respuesta a los estímulos; también pone a funcionar al sistema límbico – o de recompensa – provocando placer, y finalmente activa el hipocampo, la región responsable de almacenar la información y la memoria, ya que amor y recuerdos se conectan estrechamente.

 

Desde el punto de vista de la antropología y la neurociencia la sensación del amor se desarrolla en tres etapas principales: el impulso o excitación sexual –regulado por la testosterona y los estrógenos– cuya función es la búsqueda de pareja; en la atracción sexual selectiva – regulada por la dopamina – en la cual se establece un deseo más específico y romántico hacia un individuo; y finalmente en el cariño o apego, etapa en la que se desarrolla un lazo afectivo de larga duración que da continuidad al vínculo entre ambas personas y que es regulado por la oxitocina y la vasopresina, las cuales influyen en el placer.

 

En cuanto a la psicología, la corriente cognitivo-conductual señala que el amor es un estado mental que crece o disminuye dependiendo de la retroalimentación que se recibe y que puede depender de muchos factores como el deseo sexual, la necesidad de compañía, los ideales o planes en común, etc. Ese dar y recibir se busca en el pensamiento, en el comportamiento y en el propio sentimiento del amor.

 

Por su parte, la psicología social señala que hay tres componentes del amor: la intimidad, la pasión y el compromiso, factores que juntos lo consolidan. Así que para que el amor exista debe haber acercamiento, confianza y conexión entre dos personas – intimidad –, debe presentarse un intenso deseo de unión con el otro – pasión –, y tiene que haber un compromiso, tanto individual como compartido, de amar y mantener esos sentimientos.

 

Yo pienso que el amor efectivamente es un constructo social, que cada cultura lo vive de distinta forma y que va cambiando de acuerdo con la época, pero además de eso, el amor se debe edificar constantemente – y no solo el de pareja –, cualquier relación, si se desea conservar, se debe trabajar, porque cuando ya no hay voluntad de querer o de estar con el otro, el amor se acaba, y creo que es algo totalmente natural, así que para mí el amor es de necios y debe ser recíproco o al menos intentarse así… seguramente por eso sigo sola.

 

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Aitana Lago

Psicóloga -de esas que están más dañadas que los pacientes- experimentadora de la vida, cuentera, soñadora y solitaria eterna. Regala vivencias de amor, sexo y venganza para una vida feliz.

Los Calzones de Guadalupe Staff

Aquí hablamos de lo que importa decir, que es generalmente lo que nadie quiere escuchar

Tags   amor, pareja, relaciones, psicología de pareja, Aitana Lago

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