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Psicología de una sociedad violenta

por Aitana Lago

 

¿Qué es lo que hace a una sociedad violenta?, ¿son los individuos que la componen?, ¿es la falta de relaciones afectivas significativas?, ¿es la escasez de valores?, sinceramente quisiera tener una respuesta certera a estas preguntas, me gustaría saberlo porque con tristeza veo que mi país se ha convertido en un lugar en el que los asesinatos, el comercio de personas, la violencia en todos sus géneros e incluso la agresión entre ciudadanos se está normalizando, nos estamos acostumbrando.

 

Se habla de mujeres asesinadas todos los días, de hombres acribillados, de ajustes de cuentas, de trata de blancas, de niños desaparecidos, ¿qué nos está pasando!, el brutal asesinato de Ingrid en manos de su marido y la muerte de la pequeña Fátima nos han venido a dar un golpe de realidad, nos estamos destrozando entre nosotros y nadie hace nada.

 

Es obvio que el gobierno tiene mucho que ver con la proliferación de la violencia, mientras más impunidad hay, más actos delictivos se llevan a cabo –es una relación directamente proporcional–, su labor como protectores y como impartidores de justicia es un verdadero fracaso, pero nosotros, como ciudadanos, como partícipes de esta sociedad, no podemos solamente echar culpas y tirarnos al sillón a ver la tele. Debemos asumir nuestra responsabilidad como padres, hijos, hermanos, amigos, pareja, todos estamos inmersos en esto.

 

Si bien la agresividad es una respuesta automática, porque es una forma de supervivencia, es un instinto de los animales – incluidos los hombres –, la violencia es un producto exclusivo del ser humano que tiene que ver con la socialización y la cultura. La agresividad es una reacción para defenderse, tiene el fin de sobrevivir, mientras que la violencia tiene como objetivo mantener al otro bajo control, someter a los demás para la propia satisfacción, en pocas palabras demostrar que puedes dominar.

 

Entonces, si la violencia tiene un origen social y cultural, habría que analizar qué es lo que nos ha llevado hasta tales extremos, de manera individual, una persona puede ser violenta por muchas razones, principalmente porque en su infancia fue violentada y repite patrones de conducta, solo que ahora a la inversa, pasa de ser el sojuzgado, a ser el dominador. Pero más allá de lo individual, en lo colectivo estamos viviendo una crisis, y en este caso la psicología señala que la violencia responde a la frustración de los individuos para realizar sus necesidades y aspiraciones, es una forma de destruir la fuente del miedo o frustración, es decir, la violencia es un mecanismo de defensa.

 

¿La violencia es un mecanismo de defensa?, sí, es la forma en que los individuos pueden demostrar poder cuando se sienten impotentes. Pensemos entonces que estamos viviendo una época de crisis, no solo económica y política, sino de valores, del menosprecio de la vida, de encontrar en los grupos armados y en la delincuencia una vía fácil para satisfacer las necesidades, y vuelvo al principio, en gran parte es culpa del gobierno que no ofrece las condiciones para salir adelante dignamente, pero también de nosotros, que no encontramos –o no queremos encontrar– otras alternativas para salir adelante, que enaltecemos a los delincuentes en una cultura mediática de admiración a la violencia.

 

Por si fuera poco, la corrupción y la impunidad son otras formas de violentar, así que somos un pueblo que está siendo violentado una y otra vez, pues México se encuentra en el lugar 138 de 180 países – en cuanto a transparencia –, somos el país más corrupto de la OCDE, o sea que estamos en un círculo vicioso de violencia, nos sentimos vulnerados y entonces respondemos. Y de la impunidad ni qué decir, de nada nos sirven las leyes si los infractores no reciben castigo, así que todos nos sentimos impotentes y el círculo de la violencia sigue creciendo.

 

Desde lo colectivo, la forma de combatir la violencia no es con más violencia, sino a través de la educación, de la cero corrupción y por ende de la cero impunidad, suena difícil ¿no?, ya no tenemos confianza en los servidores públicos. Si el gobierno tiene la voluntad de terminar con la violencia deberá hacer un gran esfuerzo, primero por acabar con la corrupción que ellos mismos promueven a todos niveles, y luego a través de programas educativos y de sensibilización, oportunidades de trabajo y una gran transformación, pero insisto no podemos quedarnos esperanzados en la mejora de papá gobierno.

 

En lo familiar hay que actuar, pues si la violencia se gesta en la infancia, nuestro trabajo como adultos responsables es evitar el maltrato, criar a los niños con amor – aunque suene muy jipi – y sobre todo enseñar a los pequeños y a los jóvenes el valor de la vida, no solo de la propia, sino de la vida ajena, pongámonos a pensar como sociedad y como individuos: ¿qué estamos haciendo mal?

 

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Aitana Lago

Psicóloga -de esas que están más dañadas que los pacientes- experimentadora de la vida, cuentera, soñadora y solitaria eterna. Regala vivencias de amor, sexo y venganza para una vida feliz.

Los Calzones de Guadalupe Staff

Aquí hablamos de lo que importa decir, que es generalmente lo que nadie quiere escuchar

Tags   Violencia, sociedad, psicología, homicidio, feminicidio

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