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Perfumes

FUENTE: Pinterest

Por NADENKA KRUVSKAYA

Amo ir a las tiendas donde venden perfumes. Me encanta olerlos, aspirarlos y reconocer sus esencias.  No necesariamente todos, sólo algunas marcas cuyos aromas he utilizado antes y han hecho una gran combinación con mi piel, los que al usarlos transmiten aromas diferentes a los que se perciben cuando son rociados sobre una tarjeta o sobre otras personas diferentes. Me encanta oler las fragancias, me encanta usar perfumes, amor olerlos sobre mi piel.

 

Y justamente en una de esas salidas un poco sin rumbo, un poco sin prisa, no pude evitar pasar por la tienda de perfumes y oler algunos. Al salir de ahí me llevé varias tarjetas rociadas con diversas fragancias. Siempre guardo en diferentes partes de mi bolso esas tarjetas que te regalan en las perfumerías, para que cada vez que abra el bolso reciba esos diferentes aromas que me encantan. Soy una mujer de aromas, una mujer que experimenta la vida a través de los olores, de los sabores, de los colores. Pienso sobre eso al salir de la tienda, porque no encontré un aroma nuevo que quisiera adoptar para el resto del año. Soy también una mujer de exclusividades, si de alguna forma hay que decirlo. Me quedé un poco frustrada pero también encantada por la experiencia siempre agradable de oler y disfrutar de los diferentes aromas.

 

Estaba reflexionando al respecto y pensé entonces en Alondra. Alondra es una hermana mía que utiliza un perfume específico, muchas veces me ha dicho que ese aroma es su preferido. Esta ocasión lo había olido en la tienda, por cierto. Al reconocerlo inmediatamente dije “wow este aroma definitivamente es la definición de Alondra, lo que ella transmite hacia fuera, su definición emocional, su definición actitudinal, su definición de carácter, de personalidad”.  Y entonces me puse a recapitular sobre los diferentes aromas que he utilizado a lo largo de mi vida. Identifiqué que siempre he seguido una misma rama de olor, siempre lo cítrico, lo suave, lo afrutado. Pero básicamente lo fresco. Algunas veces he utilizado aromas espesos, dulces, a veces incluso demasiado dulces.  No es que no me hayan gustado, porque me encantan todos los aromas, pero mi piel no se sintió empática. Por lo tanto, no los adopté como mis aromas personales, esos que yo llamo mis “siempres”. Esta vez estaba buscando un siempre para este año, una fragancia muy personal. Pero no pude encontrarlo.  Sin embargo identifiqué estas cosas,  cada mujer al elegir un perfume de alguna manera inconsciente está eligiendo lo que es, lo que quiere transmitir, o lo que quiere ser. Es como una expresión de sí misma que cambia de acuerdo con su estado anímico. O tal vez hay quienes nunca cambiamos y somos las mismas en todo contexto y en todo lugar. En fin, esa es la mujer que soy yo, una mujer de aromas, de olores, de colores, de sensaciones.

 

Y qué creen, finalmente encontré mi aroma. No fue ese día, fue en otra ocasión, porque como he dicho, amo oler los perfumes, así que regresé a la tienda nuevamente,  aferrada a encontrar mi aroma del año. Lo encontré después de todo. No voy a decirles cuál es, porque como ya he dicho, soy una mujer de exclusividades y no quiero que alguien más copie mi aroma, aunque seguramente será diferente en otra piel, pero quiero conservar el secreto de mi elección.

 

Las invito a hacer ese ejercicio, experimentar los aromas, identificar sus esencias y descubrir porqué las eligen.

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