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¿Nos tomamos un café?

FUENTE: Getty Images

Por CHIRROS ARROYO

Hace unos días, dialogaba con mi hija universitaria de 18 años, con respecto a un tema que para muchos puede ser, en la actualidad, y por increíble que parezca, un tabú, pero ella decidió abordarlo para un fanzine que debe presentar en la escuela.

Nos sentamos en la sala de nuestra casa, y acompañadas de un buen café, intercambiamos diferentes puntos de vista, el noventero vs el millennial, la batalla de dos generaciones, y pude comprender que, para jóvenes como mi hija, el tema del aborto ha dejado de ser intocable o, hasta en algunos casos, todo un pecado hablar de él.

Me sorprende saber que, para una jovencita de 18 años, a quien se le podría catalogar como inmadura y con falta de experiencia, el sexo inseguro e irresponsable no es la mejor opción, quedándome claro, cuál es la realidad de ésta moderna juventud. Al enfrascarnos en esa conversación, noté su molestia e indignación con la solución que toman algunas mujeres ante este acto y el pretexto que, comúnmente, usan para justificar el hecho.

Entonces llegamos al punto al que yo quería llegar desde que inició nuestra conversación, me atreví a pedirle soluciones, porque no sólo se embarazan mujeres de manera irresponsable, sino que hay víctimas de violencia, y para ellas, así como para quienes no lo planean, debe haber otra opción, guardó silencio por un instante y respondió:

-Mamá, tú no vas a estar de acuerdo

Yo, con seguridad le dije:

-Hija, tú tienes todo el derecho de dar tu opinión y no debe importarte si alguien está de acuerdo o no

Escuchar su solución debo confesar que, por un momento, me dejó sin palabras, pero cuando dijo el por qué, coincidí con ella, pues muy cierto es que cada mujer tiene el derecho de poder hacer con su cuerpo lo que crea que es mejor para ella, pero también es una realidad que no puede decidir si alguien que no pidió venir, tiene derecho a vivir o no.

Controversial, pero fue una grata experiencia como madre poder hablar con mi hija de éste tema, y muy importante, que juntas estuviéramos de acuerdo y conformes con nuestra solución.

Les comparto este breve relato con la finalidad de que se acerquen a sus hijos y hablen de diversos temas, principalmente de aquellos que, en nuestros tiempos, no era tan común hablar, ellos, seguramente aprenderán de nosotros, pero les garantizo que nosotros, también aprenderemos mucho de ellos, y mucho mejor si lo hacemos en compañía de un buen café.

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