El fin de semana recibí una invitación de esas que me recuerdan lo que hacía antes de olvidarme de lo que me gustaba hacer: platicar con los amigos y escuchar a las bandas locales que tienen talento de sobra. Por eso me gustaba hacer Crisol (para los millennials, era un programa de televisión que hacía con mi queridísima Irma Galindo), porque nos daba la oportunidad de conocer a los artistas poblanos, de acercarnos a sus experiencias y de apoyarnos unos a otros. 

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Esta vez fue una de nuestras calzonudas, Abril, quien me invitó —y tomó la foto que acompaña a este artículo— a ver a Niña Santa, una mujer llena de sonidos, ideas y creatividad. Debo decir que no es la primera vez que la escucho, pues ya hace unos seis o siete años tuve el placer de conocerla, pero esta vez le encontré mucho más gusto-admiración a su trabajo porque pude percibir su enorme evolución profesional; pienso que ha sabido sumarle experiencia a su indiscutible talento y el resultado es sensacional. 

 

La velada inició con la presentación de un video producido por Audio Configurado que forma parte de la plataforma Callen a esos perros, en el que Adriana Alonso, Niña Santa, nos habla de lo que significa la música para ella; de la importancia de los sonidos —los suyos—; de cómo antes siquiera de aprender a tocar algún instrumento componía canciones; de las ideas, tonadas y letras que le llegan a la mente; de sus técnicas, influencias y aprendizajes. 

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Durante la presentación pudimos escuchar un repertorio variado e interesante, compuesto por canciones originales de Niña Santa, cuya interpretación logró transportarnos a un mundo distinto; a experimentar sensaciones y estados de ánimo diversos; desde la emoción de la aventura y el ensueño con “Playmobil”, el romance y el reproche con “Quiero más” o el resentimiento y el rencor con “Plancton Sampler”, hasta el amor devoto (a la música) con “Pajaritos”. 

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Niña Santa, que es un ensamble vocal e instrumental individual en tiempo real —como Adriana lo define—, se creó en 2011 con el propósito de producir atmósferas que transitaran del folk al rock, y de la improvisación al pop, y se distingue por su originalidad y por la experimentación sonora pura, ya que se basa en la fusión de guitarras, jarana y voz, una amalgama hecha para alucinar, relajarse, viajar y disfrutar. 

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Al margen de toda la energía que transmite mediante sus composiciones, Niña Santa es una mujer sensible y sencilla, una chica que antes de subir al escenario saluda a la gente que ha reconocido entre el público, que en medio de sus canciones comparte con quienes la escuchan lo que le inspira para escribir, lo feliz que se siente al hacer música o el nerviosismo que le produce regresar a los escenarios. No solo se trata de una artista excepcional, también de un ser humano que valora y agradece lo que tiene en la vida. 

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Por mi parte, les confieso que me he convertido en su fan, y a partir de ahora la incluiré en mi colección de sonidos porque, como dice una de sus canciones, “¡yo quiero más!” 

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Para conocer más sobre el trabajo de Adriana Alonso, pueden buscarla en Facebook como Niña Santa o en Instagram como @ninasantamx. Si les interesa la iniciativa Callen a esos perros, pueden dirigirse al canal de Youtube: Audioconfigurado.