Esta es la historia de Grace Marks, una joven irlandesa que a la edad de 12 años cruza el Atlantico con sus padres y sus hermanos y llega a vivir a la Canadá del siglo XIX, como miles de inmigrantes en tiempos de las colonias británicas. La madre de Grace muere durante el viaje por enfermedad, su padre es un hombre alcohólico, abusador y violento que muy pronto envía a Grace a trabajar como sirvienta a casa de una familia adinerada.

 

Esta es la historia que nos cuenta cómo Grace es sometida desde muy joven a la explotación y el trabajo exhaustivo, a la marginación, la pobreza y el abuso físico, es la historia de cómo esta niña descubre poco a poco lo que el destino tiene reservado para las mujeres de su condición: el acoso sexual, la seducción, el embarazo, el rechazo, la deshonra, la humillación, el aborto y la muerte en el mejor de los casos. En la casa señorial a la que ha sido enviada para servir, Grace aprenderá todas estas cosas a través de vivencias propias, de vivencias de su mejor amiga y de otras como ella. Ahí va a conocer también el significado de la amistad, del miedo, del dolor, de la injusticia, de la muerte y del resentimiento que ésta deja en los corazones jóvenes.

 

Es la misma Grace la que nos está contando su propia historia, lo está haciendo muchos años después, desde la cárcel de Toronto en la que lleva más de 15 años presa, acusada de haber matado a un terrateniente, el Señor Thomas Kinnear, y a la amante y ama de llaves de éste, Nancy Montgomery, sucesos que tienen lugar en la segunda casa a la que es enviada a trabajar también como sirvienta durante su juventud.

 

En realidad, Grace está contando todo esto al Doctor Simon Jordan, psiquiatra que ha venido desde Norte América para investigar el caso y dar un veredicto sobre la salud mental de Grace, que a estas alturas ya ha sido juzgada, hallada culpable, condenada, considerada demente, internada en un psiquiátrico durante años, torturada de formas múltiples, vejada y devuelta nuevamente a la prisión para purgar su condena.

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La serie de Netflix que relata la historia de esta joven se llama "Alias Grace",  es una estupenda miniserie de 6 capítulos basada en la novela del mismo nombre escrita por Margaret Atwood, la también autora de la célebre novela distópica "The Handmaid´s Tale", (El cuento de la criada). vuelta a su vez la exitosa serie de televisión de Hulu ganadora del Emmy a mejor drama de televisión del 2017. 

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"Alias Grace" es una miniserie estupenda no sólo porque es la versión para la pantalla chica de una maravillosa novela escrita por una de mis autoras favoritas (debo decir que Margaret Atwood es en realidad uno de mis ídolos literarios), lo es también porque es una auténtica pieza de arte cinematográfico. Es un proyecto fílmico realizado primordialmente por mujeres, lo cual lo hace por este hecho sumamente interesante, puesto que el tema que se aborda en la novela y en la serie tiene que ver con lo que viven las mujeres por el hecho de serlo, cómo lo viven, cómo lo sienten, cuál es su perspectiva. No me refiero a una perspectiva de género, me refiero a la forma en que una mujer ve y entiende su propia vida, lo que le ha tocado vivir. Por eso es notable que sea una serie sobre mujeres hecha por mujeres, escrita por una mujer, Margaret Atwood, dirigida con audacia por otra, Mary Harron, y transformada en guion para televisión por Sarah Polley, quien sufriera en su propia persona la experiencia del acoso sexual a manos nada menos que de Harvey Weinstein, años atrás, en 1996, cuando iniciaba su carrera como realizadora. 

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Como otras novelas de Atwood, Alias Grace aborda el tema de la violencia de la discriminación y el abuso al que son sometidas las mujeres desde su nacimiento y a lo largo de sus vidas. La diferencia es que esta historia particular está basada en hechos reales ocurridos en la Canadá del siglo antepasado, el caso muy sonado de Grace Marks, acusada de haber asesinado al dueño de la casa a la que servía y al ama de llaves de éste. Utilizando estos hallazgos periodísticos, Atwood recrea en esta historia un mundo opresivo y asfixiante, la alta sociedad canadiense de la colonia, que condena a las mujeres pobres al esclavismo más vil y el sometimiento irrestricto al poder y la voluntad de los hombres, orillándolas a la muerte a veces o al lento desquiciamiento que supone sobrevivir durante años a maltratos infames y humillaciones interminables. 

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A lo largo de esta miniserie, Grace narra al Doctor Jordan la cadena de horrores que ha vivido en carne propia desde su infancia, y nosotros nos conmocionamos fuertemente con su historia, al igual que lo hace el personaje de Simon Jordan, nos conmovemos también como él con la desgracia que no cesa de perseguir a la joven Grace y la forma despiadada como su circunstancia le va quitando la inocencia primero, y después también la cordura. Desde el primer capítulo quedamos enganchados con la intriga que discurre al fondo del guión y con el embrujo que encierra la belleza angelical y el azul profundo de los enigmáticos ojos de Grace. 

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Grace es un personaje fascinante y ambiguo, una mujer que seduce con sus palabras como Sherezada al sultán, es el paradigma de la inocencia y la dulzura, también de la perversión que implica toda pureza intocada, de la corrupción de la mente y la locura. Embruja y enamora a sus oyentes con la historia interminable de las vejaciones a las que ha sido sometida. Lo único cierto es que nadie desea que su narración termine, todos queremos que el recuento de las atrocidades de las que ha sido víctima continúe interminablemente y su voz virginal con marcado acento irlandés nos siga hechizando con su timbre

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¿Es realmente Grace Marks quien ha matado al Señor Kinnear y a Nancy Montgomery? ¿Será posible que en realidad esté loca y sea esa la razón por la que ha cometido el doble crimen?  Al principio esas parecen ser las preguntas que nos impulsan a seguir adelante con la historia. Pero estamos hablando aquí de una novela de Margaret Atwood, y sabemos de sobra que en sus historias las vueltas de tuerca son múltiples y nos llevan por caminos distintos a lo que parecen, nos enclaustran en laberintos en donde la intriga deja de tener sentido para dar paso a experiencias literarias más importantes. 

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Eso es justamente lo que pasa con Alias Grace, la serie nos lleva con su impulso vertiginoso y demente por capítulos llenos de intriga en donde vivimos con los personajes de la historia los horrores que implica nacer pobre y nacer mujer en un mundo como ese, que en realidad se sigue pareciendo mucho al nuestro, un mundo en donde la locura es la cárcel a la que se condena a las mujeres que no se someten a la obediencia ciega, a las que se rebelan contra la violencia, a las que se atreven a decir lo que piensan y lo que desean, aunque eso les cueste la libertad, le cueste una condena de cadena perpetua.