Megan Rapinoe, la capitana de la selección femenina de futbol de Estados Unidos, y máxima goleadora del Mundial de futbol femenil Francia 2019, se ha convertido en los últimos días en el emblema representativo de ese enorme colectivo que conforman las minorías marginadas por las políticas y la ideología del presidente Trump.

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La exitosa deportista, estrella internacional del futbol, ídolo de millones de seguidores de este deporte es hoy el estandarte de una causa que apoya y reclama un sector de la población norteamericana cada día mayor, el reclamo de inclusión, de reconocimiento y respeto para los miles que se sienten marginados y ofendidos por las posturas de la administración de Trump. 

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Con sus 34 años, sus 1.70 de estatura, el cabello corto y pintado de violeta, sus muchos triunfos en la cancha y un amplio historial de activismo político en pro de las causas de la justicia y la diversidad sexual, Rapinoe se ha plantado en días recientes frente a las cámaras de CNN, en entrevista con el famoso periodista Anderson Cooper, para hacer contundentes declaraciones dirigidas al presidente Trump y su gobierno:

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“Su mensaje excluye a las personas. Usted me excluye a mí, excluye a las personas que se parecen a mí, excluye a las personas de color, excluye a los estadounidenses que quizás lo apoyan”. 

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Todo esto ha dicho Rapinoe mirando fijamente a la cámara, dirigiéndose inequívocamente al presidente, hablándole de frente, el gesto adusto y un aire determinado y cargado de exigencia. El mensaje ha dado la vuelta al mundo en un par de segundos, en redes sociales se ha vuelto viral inmediatamente, todo el mundo habla de estas palabras y del resto de la entrevista. Si Rapinoe era ya una estrella de fama mundial, sus declaraciones la han elevado a un estatus de luchadora social de alcances globales. 

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No es la primera vez que Rapinoe se planta frente a Trump con declaraciones fuertes y exigencias de justicia, su activismo político es ya conocido en los medios, y se ha dirigido al presidente en múltiples ocasiones para realizar reclamos y establecer su postura política. Recién iniciado el Mundial de Francia declaró a los medios, al ser cuestionada sobre la posibilidad de ir a la Casa Blanca en caso de ser invitada, que jamás acudiría a tal invitación mientras esté ahí el presidente Trump, a lo que el presidente se apresuró a responderle airadamente vía Twitter que antes de pensar en ser invitada se concentrara en ganar el campeonato. Desde luego Megan Rapinoe ganó el Mundial, cumplió con la parte que le correspondía, y aún en este momento se sigue negando a acudir a la Casa Blanca junto con su selección para ser fotografiada al lado de Trump y su gabinete, que están deseosos de ganar para su propia causa a los miles de admiradores de Rapinoe.  “No creo que nadie en el equipo tenga interés en prestar la plataforma por la que hemos trabajado tan duro”, afirma Rapinoe sobre la posibilidad de acudir al llamado de Trump, y añade que no tiene “ningún sentido” permitir que la Casa Blanca las “exhiba”.

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El mensaje de Rapinoe es muy claro, y ha sido adoptado inmediatamente por todos aquellos que en el país del Norte se sienten marginados y excluidos por la administración de Trump y sus medidas racistas, segregacionistas, intolerantes y excluyentes, que a decir verdad dejan de lado a una buena parte de la población de esa nación, la invisibilizan y literalmente la borran de su mapa demográfico.

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Esta debe ser la razón por la que Rapinoe se ha vuelto tan querida y famosa en las últimas semanas, porque su voz es la voz de un colectivo enorme al que Trump quiere negar derechos y presencia en un mundo que cada día se vuelve más diverso, más alternativo, menos acorde con la visión simplista que tiene de la sociedad norteamericana su presidente. La América Grandiosa a la que quiere volver Trump, es una América que está en el pasado, a la que no pertenecen grandes sectores de la sociedad norteamericana que hoy por hoy trabajan arduamente y nutren el espíritu de ese país.

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Las políticas discriminatorias y racistas de gobiernos como el de Trump no harán sino aumentar la popularidad de personajes como ésta estrella del futbol, figuras de la escena deportiva, social, o del espectáculo que se atreven a hablar de lo que todos estamos pensando, que la intolerancia a lo diferente o lo extranjero es insostenible en el siglo XXI, solo la inclusión y la aceptación de unos y otros tiene sentido en nuestras sociedades globales, sólo las políticas incluyentes pueden dar respuestas sensatas a las contradicciones que se viven cotidianamente, nada fuera de esta tendencia va a progresar en nuestras preferencias. 

 

Rapinoe ha dado en el clavo de lo que le está doliendo a la sociedad estadounidense y por eso las encuestas de popularidad realizadas en estos días dicen que si las elecciones presidenciales en Norteamérica se llevaran a cabo el día de hoy, ella sería con toda seguridad la próxima presidenta.

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Ante la ola apabullante de intolerancia y discriminación que ha desatado Trump en su país y el resto del mundo, es un verdadero alivio encontrarse de vez en cuando con noticias como ésta y personajes como Rapinoe, que con sus palabras y su valentía trascienden la política del resentimiento y el odio de líderes irresponsables y locos como el presidente Trump.