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Los Chakras en la filosofía Tantra

FUENTE: Getty Images

Por LUCERO CASTELÁN

La palabra chakra significa “rueda o círculo”, y en sánscrito “vórtice o torbellino”. Es decir, los chakras son vórtices de energía psíquica y pueden ser visualizados o experimentados como movimientos circulares de energía a diferentes niveles de vibración. Estos centros nerviosos descansan a manera de uniones, en las paredes internas de la columna vertebral, y controlan las distintas funciones fisiológicas del cuerpo.

 

Existen seis chakras en el cuerpo humano, directamente conectados con los más altos centros del cerebro.

 

El primer chakra se denomina Muladhara y está situado en el piso pélvico. En el cuerpo masculino descansa en el perineo, entre el ano y el conducto urinario. En la mujer se sitúa en el ano. El Muladhara es el primer chakra en la evolución espiritual del hombre. Este chakra tiene el control de todas las funciones excretoras y sexuales en el individuo.

 

El segundo chakra se denomina Swadhisthana, y se localiza en el punto más bajo de la médula espinal; controla el inconsciente en el individuo.

 

El tercer chakra, Manipura, se sitúa en la columna vertebral, diez centímetros abajo del ombligo. Este chakra controla el proceso digestivo, la asimilación y regulación de la temperatura en el cuerpo.

 

El cuarto chakra, Anahata, se encuentra detrás de la base del corazón. Controla las funciones del corazón, pulmones, diafragma y otros órganos en esta región del cuerpo.

 

El quinto chakra Vishuddha se encuentra al nivel de la garganta. Controla la glándula tiroides, algunos sistemas articulares, el paladar superior y la epiglotis.

 

Ajna, el sexto y más importante chakra corresponde a la glándula pineal, y se encuentra a la mitad del cerebro, directamente arriba de la columna vertebral. Este chakra controla los músculos y el inicio de la actividad sexual en el individuo. El chakra Ajna es el centro de comandos, y controla todas las funciones de la vida del ser humano.

 

Estos seis chakras sirven como interruptores para encender diferentes partes del cerebro. Al tener lugar la activación de los chakras, la energía producida es dirigida a los altos centros cerebrales, a través de los “nadis” (conductos), los cuales funcionan como circuitos que unen todo el sistema energético. Existen un centro superior en el cerebro denominado Sahasrara, situado en la parte superior de la cabeza y se relaciona físicamente con la glándula pituitaria, que controla todo el sistema glandular del organismo. Cada uno de los chakras puede ser visualizado como una flor de loto con un color específico y un número de pétalos: Mooladhara es un loto de color rojo profundo de cuatro pétalos, Swadhisthana tiene seis pétalos color bermellón, Manipura es un loto amarillo de diez pétalos, Anahata tiene doce pétalos color azul, Vishuddhi tiene dieciseis pétalos color violeta, Ajna es un loto plateado de dos pétalos, y Sahasrara tiene mil pétalos multicolores.
 

Cada punto del cuerpo está directamente relacionado con uno de los chakras. Si se experimenta dolor en alguna parte del cuerpo, la sensación irá al chakra relacionado con ésta área en particular. Los sistemas urinario, excretor y reproductivo son alimentados por el chakra swadhisthana. Los órganos sexuales están conectados al chakra muladhara. El sistema digestivo, los intestinos grueso y delgado, apéndice, páncreas, duodeno, estómago e hígado están todos conectados al chakra manipura. El corazón y los pulmones son alimentados por el chakra Anahata. En la mayoría de las personas los chakras superiores al de Manipura se encuentran en estado latente. El chakra Muladhara se encuentra funcionando en casi toda la gente. Esta es la razón por la que todos tenemos una conciencia sexual muy aguda, y el sexo se ha convertido en uno de los eventos más importantes de la vida del hombre. Esto significa que para la mayoría de las personas la Kundalini (energía intangible representada por una serpiente) se encuentra en un punto entre los chakras muladhara y swadhisthana, una vez que ésta pasa a los chakras Manipura y Anahata, ocurre un desapego del aspecto sexual, lo cual constituye un aspecto del proceso de iluminación para el Tantra. A través de las asanas o posturas del Yoga se puede activar los chakras, uno a uno.

 

Conforme evolucionamos desde el primer chakra hacia el último centro de poder, Sahasrara, se activan diferentes capacidades y centros energéticos dentro del sistema nervioso. Esto ocurre conforme la energía fluye, a voltajes y velocidades más altas de vibración a través de los distintos nadis en el “cuerpo psíquico”.
 

La evolución no es espontánea, ya que un ser humano no está sujeto por completo a las leyes de la naturaleza. El individuo posee conciencia del tiempo y del espacio, así como un Ego. Puede pensar y tener conciencia de ello. Por lo tanto, el ser humano debe trabajar en su evolución. Se dice que la Kundalini reposa en el chakra Muladhara en estado latente, y sólo puede ascender hacia chakras superiores siendo empujada a hacerlo. La Kundalini puede estancar su ascenso en uno de los chakras, lo cual ocurre cuando hay una obstrucción en él, es entonces que a través de medios como la meditación guiada se realiza un trabajo de “alineación” de los distintos chakras. En los ejercicios de meditación se aprende a hacer contacto con nuestro cuerpo y a visualizar mentalmente cada chakra, es como reestablecer a través de la concentración y la respiración, el funcionamiento de nuestros centros nerviosos.
 

Muchos individuos nacen con la Kundalini y los chakras activados, y ésta gente son personas superiores en todos los aspectos de la vida. Éstos son los grandes músicos, artistas, constructores, científicos, investigadores, inventores, profetas, hombres de estado, etc.
El propósito de despertar la Kundalini y provocar su ascenso a través de todos los chakras es activar los mismos junto con las partes del cerebro asociadas. Con la activación de cada chakra, nuestra conciencia y nuestra mente sufren cambios que tienen relación con la vida diaria. El amor y el odio, las relaciones interpersonales, son la consecuencia de la calidad de nuestra mente. Y el  sufrimiento personal, las agonías, las frustraciones, no se deben tanto a las circunstancias de la vida como a la respuesta de nuestra mente.

 

Conforme nuestra mente y nuestra conciencia se expanden, nos volvemos muy alerta, sensibles a todo lo que sucede. Nuestra conciencia se vuelve receptiva porque las frecuencias de la mente cambian. Nuestras actitudes y forma de pensar son el resultado de la calidad de nuestra mente y la frecuencia particular a la que funciona. De ésta manera, las cualidades más elevadas del hombre como el amor, la compasión, la caridad, la compasión, etc. son las expresiones de una mente que se encuentra funcionando bajo la influencia de sus chakras activados. La mente cambia, y los valores sobre la existencia también. La calidad de nuestro amor y nuestras relaciones mejora, permitiéndonos crear un balance, más allá de las desilusiones y las frustraciones de la vida cotidiana. Así, nuestra actitud hacia nosotros mismos y hacia los otros mejorará, influyendo positivamente en nuestra calidad de vida.
 

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