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Lo quiero todo

 

 

                                                                         

por Elvia Cazán

A  las mujeres nos da miedo admitirlo, pero es verdad, lo queremos todo, sin límites, en cada etapa de nuestras vidas, todo, sin restricciones, sin reservas, todo y a veces más. Pero nos da vergüenza admitirlo, nos da miedo que lo descubran, que la familia y la sociedad se enteren de que siempre queremos más. No vayan a pensar que somos ambiciosas (Dios no lo quiera), que somos malagradecidas y no bendecimos suficiente por todo lo que tenemos, por todo lo que hemos logrado, aunque no siempre sea suficiente y a veces incluso resulte muy poco.

"Agradece que tienes salud mujer" "y por Dios confórmate", es eso lo que la sociedad nos enseña, lo que se apresta a inculcarnos desde que somos muy niñas: sé discreta y recatada, nunca pidas más de los que recibes y por sobre todas las cosas niña, sé agradecida y nunca ambiciosa.

A los niños en cambio, se les educa para buscar siempre más, para ser agresivos y arrebatar, para reclamar lo suyo y querer siempre más. Nunca he escuchado a una madre decir a su hijo tu calladito y confórmate con lo que te den.

Sí, ya sé que me van a decir que ya no es así, que las cosas han cambiado, que ya hay nuevos paradigmas y que ahora a las niñas se les enseña box, karate y defensa personal. Pero a mí no me engañan con esas tretas de que los niños y las niñas ya pueden usar indistintamente pantalones y faldas. No, claro que no, el mensaje que la sociedad envía es mucho más profundo, y es invisible, nadie se da cuenta, ni las mismas mujeres. 

Si no fuera así, entonces porqué hay tan poquitas jefas de estado, tan escasas científicas famosas y empresarias exitosas. Sobre todo eso, empresarias de altos vuelos y mujeres super millonarias ¿Se han preguntado porque la persona más rica del mundo es cada año un hombre? Ya tenemos mujeres activas en todos estos campos, no lo estoy pasando por alto, pero en el rubro del poder y del dinero las cifras siempre son menos alentadoras. Y es precisamente por lo que decía, porque la sociedad nos enseña a las mujeres que ser ambiciosa es malo, que desear riquezas y acumularlas es mezquino y poco virtuoso, nos enseña a conformarnos, a ceder nuestros derechos y nuestras posesiones siempre en beneficio de otros.

Que Dios nos libre de ser ambiciosas, de volvernos poderosas y acaudaladas habiendo tanto necesitado en el mundo, que la Virgen Piadosa nos ilumine para no desear nunca más de lo que tenemos, de lo que la sociedad considera que nos merecemos.

Pero la verdad es que muy en el fondo, todas nos resistimos a esa idea, nos oponemos en el subconsciente a someternos a esa injusticia, y deseamos mucho, queremos más, luchamos por tener acceso cada vez a más cosas, a todo lo que nuestra imaginación nos permita, soñamos sin restricciones, ambicionamos experimentarlo todo. 

Como a todas, me da miedo decirlo en voz alta, pero no es suficiente ser madre y esposa, no me conformo con tener amor y salud, no es verdad, a veces me parece poco. Yo quiero más, quiero probarlo todo, ser productiva, tener riqueza, alcanzar la gloria, dominar mi campo de trabajo, conocer el mundo, llenarme los ojos de imágenes y la piel de sensaciones. No quiero que me dé pena admitirlo. Yo quiero más, no me avergüenza, quiero gritarlo, ¡lo quiero todo!

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Elvia Cazán

Empresaria medianamente exitosa, mujer dolida y de corazón roto. Odia a los hombres, pero no puede vivir sin ellos. A pesar de los desencuentros ella sigue creyendo en el amor.

Los Calzones de Guadalupe Staff

Aquí hablamos de lo que importa decir, que es generalmente lo que nadie quiere escuchar

Tags   poder, ambición, empoderamiento, mujeres, Elvia Cazán

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