Están al pendiente de todo lo que hacen sus hijos, de cada detalle de sus vidas, saben quiénes son sus amigos, vida y obra de cada uno de sus compañeritos, solucionan todos los problemas de sus pequeños, están ahí para impedir cualquier contratiempo que se les presente, cualquier situación que los afecte, por mas insignificante que sea. Literalmente sobrevuelan las cabezas de sus hijos vigilando todo lo que les sucede como si fueran helicópteros. Sí, son increíbles, son las madres helicóptero.

No sólo les ocurre a las madres, también puede haber padres helicóptero, angustiados por cada cosa que les sucede a sus hijos, obsesionados con su seguridad y su felicidad a cada paso que dan.

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Se trata de madres y padres que viven constantemente pendientes de lo que hacen sus hijos, en la casa, en el colegio, en el parque, con los amigos, con los familiares. Son personas que están obsesionadas con la felicidad y el fracaso de sus hijos y viven sus experiencias como si fueran propias. Se olvidan de su propia vida. Tienen altas expectativas sobre lo que serán sus hijos al crecer, se agobian con cada obstáculo que se les interponga en el camino.

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Es un signo característico de la madre o el padre helicóptero que dedique gran parte de su tiempo  a organizar todas y cada una de las actividades de sus pequeños. Lo tienen todo planificado y “agendado”. Actividades extraescolares, campamentos de verano e incluso amigos con los que pueden o no jugar. Su vida gira alrededor de sus hijos hasta el punto en que se olvidan de sí mismos y sus necesidades como personas.

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La madre o el padre helicóptero tiene un estilo educativo basado en la sobreprotección. Cuidan  la salud y bienestar de sus hijos exageradamente. Se obsesionan con sus calificaciones escolares, con sus éxitos y sus fracasos. Se preocupan tanto que no dejan vivir a sus hijos la vida que les toca vivir impidiéndoles que desarrollen las capacidades necesarias para afrontar fracasos y frustraciones.

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El verdadero problema de ser una madre o un padre helicóptero es que la sobreprotección daña el proceso formativo de los hijos, impidiéndoles aprender a tolerar el fracaso, crecer, asumir responsabilidades y volverse independientes.

Los niños que crecen con padres helicóptero desarrollan con más frecuencia dependencia hacia sus padres, miedos, intolerancia a la frustración, timidez, baja autoestima y dificultad para relacionarte con los demás.

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Pero no solo es dañino para los hijos, para los padres helicóptero también es negativo, pues tienen un alto nivel de estrés psicológico provocado por la preocupación constante de cumplir con todas las demandas de la crianza y formación de los hijos. La psicología de las madres y padres helicóptero se ve afectada severamente por esta carga de estrés y por el hecho de que hacen a un lado todas sus necesidades personales de desarrollo profesional, emocional, familiar, de salud, etcétera, en el afán de atender sólo las demandas de los hijos. Al cabo de los años desarrollan depresión y otros trastornos como ansiedad puesto que no se ocupan de su vida personal y al final se quedan solos, una vez que los hijos crecen y toman su propio rumbo.