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La vida es como un LEGO

¿Jugamos?

FUENTE: Getty Images

Por YAO ARROYO 

Mayo 8 2018

Tiene algunos meses que me ha venido a la cabeza la idea de que la vida es como un LEGO, el día amanece y cada vez que me levanto me imagino que me encuentro con un lego al pie de mi cama, la expectativa me emociona mucho, me pongo muy contenta,  abro inmediatamente mi lego  y veo las piezas que contiene, entonces empiezo a idear qué figura voy a crear este día, pienso en qué quiero formar con esas piezas, qué me gustaría que fuera esa figura, si va a ser compleja o sencilla, de un solo color o multicolor. En general siempre pienso en que sea algo grandioso, pero a la vez sereno y tranquilo, algo muy divertido algunas veces, otras algo intelectual o reflexivo. Cada vez que la mañana comienza pongo toda mi imaginación para idear la figura del día, al llegar la noche reviso la figura que construí  y me encuentro regularmente con que efectivamente lo que fui creando terminó siendo lo que imaginé, el día que construí fue un día lleno de serenidad, un día en el que tal vez una de las piezas del lego fue comprarme un helado, otra pieza fue mantener la mente enfocada en alguno de mis proyectos, o pasar tiempo de calidad con mi hija, o posiblemente otorgarme un baño relajante, platicar con alguna amiga o amigo, avanzar un poco en mis tareas profesionales, en fin, esa figura siempre termina siendo algo que construyo para mí misma, para mi realización personal y mi satisfacción propia, una figura que me ayuda a sentirme plena, llena de vida y de energía, y lo más importante de esa figura es que es para ése día exclusivamente.

 

Hay días en que tomo algunas piezas de legos que he construido en otras ocasiones, solamente piezas, las piezas agradables, las que realmente me aportaron algo positivo. Las piezas que no le dieron a mi figura un buen aspecto en el pasado las aparto, y sólo tengo presente que esas piezas no deben incluirse en mi figura del día de hoy. Así ocurre el siguiente día, y al siguiente, el día amanece y otra vez hay un lego al pie de mi cama esperándome,  nuevamente empiezo a idear la figura del día.

 

Hay algo interesante que ocurre con mis legos, no sé qué lego tendré el día de mañana, tampoco pienso en eso, nunca pienso en el lego del día siguiente, solo pienso en el lego que estoy construyendo el día de hoy, pienso en la figura que quiero crear este día y regularmente eso le otorga a mi vida momentos de tranquilidad y de alegría.  Al tomar piezas que fueron útiles de legos pasados y al descartar aquellas que no me sirvieron, se van creando en mi mente grandes historias que me ayudan a construir nuevas figuras cada día. 

La vida es así, es como un  lego, las piezas son las pequeñas acciones cotidianas que van construyendo nuestros días, cada figura terminada equivale a un día de nuestra vida, equivale a lo que construimos con las piezas que tenemos. Todos estamos jugando este juego, y cada uno construye lo que desea con sus piezas, yo construyo cada día la figura que mis deseos y mi imaginación me dictan. No importa si alrededor hay quienes no tienen legos y tratan de tomar mis piezas, o incluso las ignoran e ignoran mis figuras, o ignoran mi proceso de construcción, no importa nada a mi alrededor, yo construyo con tenacidad cada día mi figura propia, y lo que importa es que yo tengo en mis manos mis propias piezas, lo que importa es que yo puedo construir mi figura de este día, puedo construir mi día con lo que tengo.

 

Construyo figura por figura, me concentro sólo en la de cada día, eso me genera tranquilidad y enfoque en lo que yo quiero que vaya pasando cada minuto de mi vida, porque voy construyendo la figura paso a paso durante todo el día. A veces traigo una idea en la mente y al final la figura de mi día no sale precisamente como esperaba porque algo en el exterior me genera nuevas ideas para mover algunas piezas o deshacerme de algunas otras que de inicio no identifiqué que no debían formar parte del día, pero al final soy yo quien lo construye, yo soy quien decide si muevo o no mis figuras, si las adapto, si no las adapto, si cambio la figura, si no la cambio, si le doy más color o no.   A veces no tengo todos los colores que quisiera para llevar a cabo mi idea,  entonces combino, al final voy creando y construyo lo que yo quiero vivir, lo que yo quiero sentir, lo que me hace feliz o me da el mayor bienestar posible.

 

Por supuesto hay veces que la figura que construyo con las piezas de mi día no es precisamente algo muy colorido o muy agradable, pero de algo estoy segura, cada día termina siendo la figura de lego que yo decido, porque solo yo tengo poder sobre mis piezas, sólo yo sé como construirlo, de qué manera darle la mejor forma con las piezas que tengo.

 

Desde que me vino esta idea a la mente vivo la vida de esta manera, como si fuera un lego, una figura cada día, desconozco cómo será el lego de mañana, pero siempre hay algo útil en los legos que voy construyendo, siempre hay figuras que pueden formar parte de nuevas historias, pero sobre todo hay figuras construidas en el pasado que sirven para recordarme las piezas que no me gustan, las que no debo repetir nunca. Eso ha sido para mí la manera más creativa y serena de construir la vida, la forma más feliz y equilibrada de vivirla. Construyo cada día con piezas distintas, uso toda la imaginación de la que soy capaz, juego con mis legos todos los días, idear figuras creativas y coloridas es muy satisfactorio, al final del día puedo sentirme en paz y descansar, sentir un crecimiento espiritual, un equilibrio emocional, mi actitud frente a la vida es mucho más positiva.  

 

Dicen que los años tienen cosas que los días desconocen, y yo creo que es verdad, si nuestras figuras de lego son cada día más hermosas y creativas, nuestros años serán seguramente construcciones extraordinarias, castillos espectaculares o rascacielos inalcanzables. Porque la vida es colorida y hermosa como las piezas de un lego, lo único que tenemos que hacer es colocar una sobre otra con imaginación y creatividad ¿Jugamos?

 

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