
La narrativa erótica de Anaïs Nin
por Amanda Rangel
De niña me aficioné por la lectura. Tan retraída, como era, los libros resultaron mi más grande fuente de aprendizaje. Vivía historias fantásticas a través de ellos y sentía siempre que un mundo me acompañaba.
En mis excursiones literarias —ya a los catorce años—, encontré un libro de cuentos eróticos que me atrajo poderosamente. Como toda adolescente curiosa, lo exploré con avidez. Me había topado con Anaïs Nin, quien me introdujo en el mundo de la sexualidad de una manera abrupta y deliciosa.
No niego que hubo detalles que me sorprendieron, porque ni siquiera sospechaba su existencia, como el caso de la zoofilia. Pero Anaïs tenía una manera muy fresca de hacer aparecer cualquier experiencia sexual como un día de campo divertido.
Mucho después supe que Nin fue una escritora vanguardista francesa, caracterizada no solo por la exploración del erotismo, sino —algo aún más importante para su tiempo— por la búsqueda de libertad.
Nació el 21 de febrero de 1903, en Neuilly-sur-Seine, París, y falleció el 14 de enero de 1977, en Los Ángeles, California. Escritora y diarista, fue capaz de comprender —como nadie en su época— la delgada línea que divide lo erótico de lo pornográfico, e irrumpió sin ambages en sus novelas con una sexualidad nada convencional.
En sus diarios se descubre una profunda introspección acerca de las intimidades sexuales e intelectuales de las mujeres que, a parte de la exploración de su erotismo, expresan un concepto de libertad que varía de acuerdo con la realidad de cada una.
Anaïs Nin comenzó a escribir sus diarios cuando tenía 11 años, los cuales fueron publicados en 1966 con gran éxito. En ellos relataba, entre escenarios pintorescos, su relación sentimental con el escritor Henry Miller y su esposa, June; la relación incestuosa que, supuestamente, mantuvo con su padre; sus triángulos amorosos; sus abortos involuntarios; sus sesiones psicoanalíticas y reflexiones personales.
A los 19 años se casó con el banquero Hugh Guiler, y en 1955, sin haberse divorciado de él, contrajo nupcias con Rupert Pole. Durante años mantuvo una doble vida que, debido a su creciente popularidad como escritora, debió terminar por temor a que se descubriera, aun cuando continuó viviendo alternadamente con ambos hasta mediados de los setenta.
En 1973 recibió el doctorado honoris causa del Philadelphia College of Art y fue elegida para formar parte del Instituto Nacional de las Artes y las Letras. Entre sus obras más destacadas se encuentran: Diario de Anaïs Nin (volumen 3); Corazón cuarteado; Una espía en la casa del amor; La casa del incesto; Hijos del albatros; Collage; Delta de Venus, y Una pasión literaria: correspondencia de Anaïs Nin y Henry Miller (1932-1953).
En la actualidad, es reconocida como una pionera de la liberación femenina. Sus ficciones delinean la realidad de un presente vívido y reflexionan de manera minuciosa sobre sus preocupaciones privadas, amores y desamores, pero sobre todo sobre su posición como mujer en un mundo de hombres.