El Tarot Egipcio es uno de los más enigmáticos y antiguos que existen. Durante mucho tiempo me resistí a usarlo porque lo relacionaba con la muerte; sin embargo, cuando en cierta ocasión un amigo lo empleó conmigo quedé encantada. La simplicidad de sus imágenes, y su colorido me maravillaron. A pesar de que este Tarot sigue el orden convencional de cualquier otro, incluyendo los Arcanos Mayores habituales, contiene un nombre para cada carta que encierra en sí mismo el significado principal, y que lo diferencia de cualquier otra baraja. Es ciertamente uno de los más simbólicos y místicos que existen, y muchas veces es difícil abarcar la explicación de todo el significado que encierra cada una de sus cartas. Pero en esta ocasión decidí probar suerte con él y la carta que obtuve para la semana me dejó completamente sorprendida. A continuación sabrán por qué. Incluso fue necesario emplear una “carta clarificadora” sacada de otra baraja, para ahondar un poco más en el sentido de lo que la carta obtenida quería expresar. Espero la disfruten.

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La Infidelidad

 

Esta carta encierra en la palabra misma un significado perturbador, sin embargo, nunca hay que tomar al pie de la letra los nombres que las cartas señalan. La infidelidad en el caso del Tarot Egipcio no siempre se refiere al engaño de un hombre hacia una mujer o viceversa, aunque podría ser el caso. Más bien es una carta que habla de engaños y mentiras en general, de verdades ocultas, de misterios no develados, y de palabras no dichas con claridad. Puede ser que nos estemos comportando de manera ambigua ante una situación en la que se exige que seamos más honestas con nosotras mismas y con los demás. Talvez de manera inconsciente o premeditada estamos sacando provecho de una situación al ocultar la verdad o expresarla a medias para nuestra conveniencia, y en esto hay que tener mucho cuidado porque según la ley kármica, cualquier cosa que hagamos en prejuicio de terceros tarde o temprano se nos revertirá. 

 

Esta carta nos invita a pensar acerca de la importancia entre el bien y el mal, para al momento de tomar decisiones estar muy claras acerca de las posibles consecuencias. El bien y el mal siempre son relativos, y lo que le puede parecer equivocado a alguien a otro le puede parecer completamente aceptable, la medida debe ser el respeto al otro, ya que una vez que hemos cruzado este límite, podemos esperar cualquier clase de consecuencias. Hay que meditar por lo tanto muy calmadamente acerca de nuestros actos, pues lo que se haya obtenido con engaños finalmente no traerá nada bueno. En esta situación podemos resultar engañados así como ser los que nos burlemos de la buena voluntad de alguien más, pero las consecuencias no se harán esperar.

 

El Consejo (La carta clarificadora)

 

La justicia divina será la única capaz de pedirnos cuentas acerca de nuestros actos. Pero es precisamente este hecho el que debe hacernos tomar conciencia por anticipado sobre la naturaleza de nuestros actos para conducirnos de la forma más conveniente para todos, de lo contrario habremos de estar preparados para pagar por nuestros errores. En aquellos momentos de ambigüedad, cuando no logramos distinguir adecuadamente entre el bien y el mal, es imprescindible buscar un consejo entre nuestras amistades cercanas, o de boca de algún sabio a quien nos acerquemos en la búsqueda de la verdad. Un consejo a tiempo nos puede salvar de la humillación y el castigo divino. Mantén los ojos abiertos y procura no hacer lo que no te gustaría que te hicieran. La honestidad es la clave infalible para las relaciones sanas y fructíferas, no lo olvides. Más vale una verdad dolorosa a tiempo, que el daño que puede ocasionar la peor de las mentiras. Mantente fiel a ti misma, y hallarás la salida a tus tribulaciones.