Hatta Yoga

FUENTE: Getty Images
Por ANDREA CAMPUZANO
Mayo 15 2018
A diferencia de muchas personas, correr me provoca ansiedad, y aunque la natación me fascina, y es muy relajante, en la ciudad donde vivo la mayor parte del tiempo hay una temperatura que hace difícil practicar este deporte sin congelarte como una paleta. En este punto, encontrándome en la búsqueda de una actividad física que acondicionara mi cuerpo, hallé el Yoga. Leí un poco acerca de sus bondades y encontré un gimnasio cerca de mi casa, donde podía practicarlo.
En mi primer día de práctica llegué al gimnasio, me indicaron el salón y entré. Era un amplio e impecable espacio con espejos al fondo y barras unidas a las paredes laterales. El piso era de madera y se respiraba un ambiente de paz. La escena me recordó a mis clases de ballet a los diez años, estaba emocionada y lista para comenzar mi primera experiencia con esta práctica milenaria.
El Yoga que estaba por comenzar a practicar se llama Hatta Yoga, existen más de diez variedades de Yoga, pero este está diseñado expresamente para aumentar la flexibilidad de los músculos, mejorar el funcionamiento de los órganos internos y aprender a concentrarse desechando de la mente cualquier pensamiento “parásito”. Mi primera práctica fue increíble, empezamos con una serie de ejercicios de calentamiento que duraron una hora, éstos se denominan en su conjunto “Gimnasia Psicofísica” y consisten en estiramientos, abdominales y algunos saltos energizantes. A veces también corremos alrededor del salón antes de comenzar los ejercicios. Al término de esta primera hora acabé empapada en sudor, pero entonces tocaba ir a las regaderas a bañarse ¡con agua fría!
Al principio fue difícil, pero una vez que me acostumbré el baño resultaba completamente reparador y relajante. En la segunda hora finalmente aprendimos las posturas del Hatta Yoga. Son diez posturas con distinto grado de dificultad, destinadas a mejorar la salud y hacer nuestros músculos y extremidades más flexibles. Me faltó comentar que antes de iniciar las posturas tuvimos quince minutos de “relajación consciente”. En esta práctica la maestra nos va diciendo en voz alta información acerca de cada uno de nuestros órganos internos, con el propósito de que conscientemente hagamos contacto con ellos y los sintamos. De esta manera nuestros órganos se reactivan y nosotros entramos en comunicación con nuestra presencia física. No debes dormirte durante la relajación consciente, entras en una especie de vigilia en la que continúas atenta y alerta escuchando las indicaciones y experimentando tu cuerpo. Con todo lo anterior quedé completamente enamorada de esta disciplina y la practico ya desde hace diez años.
Cada mañana hago sin falta mi rutina y gracias a ella me mantengo vital, feliz y relajada. He cobrado una nueva dimensión de la importancia de mi cuerpo, y el hecho de mantenerlo saludable. Aprendí a alimentarme mejor y mi sueño mejoró. Ni que decir de mi ansiedad, ha desaparecido completamente.
Si estás buscando una actividad que te estimule y te relaje al mismo tiempo, sin duda el Hatta Yoga cumplirá tus expectativas. Mejorará tu calidad de vida, te hará más alerta y consciente, y te ayudará a “escuchar” a tu cuerpo, incluyendo cada uno de tus órganos interno.
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