En el convulso mundo que habitamos todo cambia a velocidad insospechada, y el individualismo es uno de los males más difundidos de nuestros días. De ahí que la comprensión hacia las enfermedades psiquiátricas en muchos lugares del mundo, no tiene la menor cabida. Lo curioso es que este tipo de padecimientos se ha vuelto más común, conforme nuestro estilo de vida se vuelve más vertiginoso y complejo. La depresión, por ejemplo, es prácticamente una enfermedad endémica hoy en día, pero convive con otros trastornos menos populares, y prácticamente desconocidos para la mayoría, como la bipolaridad, la esquizofrenia, e incluso la neurosis.

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Dentro de este espectro de trastornos mentales, asociados con la conducta humana y su adaptación o inadaptación social, se encuentra el autismo. Dicho problema ya ha sido abordado en el cine anteriormente. En realidad, existe una amplia gama de manifestaciones de este trastorno, tan amplia como el número de individuos que lo padecen.

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Es por eso que hoy quiero hablar de Atypical, una serie original de que aborda una clase particular de autismo, dentro del amplio abanico existente. En sí, resulta complicado explicar una condición como esta, que provoca una afectación a nivel cerebral tan seria impidiendo al individuo, en la mayoría de los casos, tener una interacción adecuada con su entorno.

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Muchas veces se identifica a las personas autistas, como sumidas en su propio mundo de complejas ideas, e incapaces de relacionarse al exterior. No obstante, la serie Atypical, escrita por Robia Rashid, es un intento audaz y divertido de explicar, a través de las peripecias de Sam Gardner, un chico de 18 años (protagonizado brillantemente por Keir Gilchrist), una clase de autismo que, sin dejar de ser grave, permite al joven adolescente explorar su entorno, a la par que intenta sortear las limitaciones que su enfermedad le impone.

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Keir Gilchrist es acompañado en el reparto por Jennifer Jason Leigh, con una actuación honesta en el papel de la madre de Sam; Brigette Lundi-Paine como su hermana mayor, y Michael Rapaport como Doug el padre de la familia. Sam, el personaje de Keir Gilchrist, se ve envuelto en una serie de conflictos existenciales propios de su edad, que independientemente de su trastorno, lo acercan a una versión muy humana del estudiante habitual de preparatoria, con una serie de dilemas, frustraciones e inquietudes muy propios de su edad.

 

Sam, el joven autista, a través de la periódica consulta con Julia, su psicóloga y amiga (interpretada por Amy Okuda), va adentrándose en el mundo de la adolescencia, al tiempo que enfrenta el reto que su autismo representa, para alguien que quiere funcionar socialmente, al igual que todos.

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El equilibrio que Robia Rashid consigue entre el drama y la comedia, es digno de alabanza. Atypical resulta una historia llena de ternura, no ausente de conflictos y sufrimientos por parte de cada uno de los protagonistas, pero que finalmente arroja un rayo de esperanza sobre un individuo como Sam, que haciendo un esfuerzo cotidiano por vencer las barreras de su autismo, logra acceder al gozo, al amor, a la amistad, y a todos esos regalos cotidianos que la vida obsequia a los seres humanos.

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No dejen de ver esta atractiva y conmovedora serie, que plantea tantas posibilidades como personajes aparecen en ella. No solo plantea un tema por de más interesante, sino que está bien realizada y mejor actuada, les aseguro que les va a fascinar conocer al controvertido e inocente Sam.