Lo confieso, a veces quisiera encontrar una pareja, una relación auténtica que durara más de seis meses. Aunque parezca difícil de creer, por más hombres que he conocido, no hay uno solo con el que me haya entendido, alguien con quien pudiera formar lo que yo denomino una relación formal. No soy una mujer aventurada o impulsiva, no ando en bares o lugares de ese tipo en busca de la relación adecuada. Pero tampoco soy una mujer rígida ni mojigata que se encierre en un círculo restringido de conocidos con miedo de intentar cosas nuevas.

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Últimamente se critica mucho a las mujeres por ser interesadas y frívolas, y se atribuye a estas características el rechazo que los hombres muestran hacia las relaciones amorosas serias y duraderas. Sin embargo, las mujeres superficiales y “descocadas” no son la generalidad, y por otro lado los hombres de nuestro tiempo también han mostrado sus propios defectos, que los hacen propensos a no ser elegidos: como su miedo al compromiso, y un excesivo interés en relaciones de carácter sexual únicamente.

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Sea verdad o mentira a medias todo lo que se dice de ambos sexos, el hecho es que hallar pareja en estos tiempos es más complicado que preparar una comida gourmet de cuatro tiempos. Yo lo he comprobado en carne propia, y mi conclusión es que hay que ponerse muy creativas si lo que deseamos es una compañía romántica promisoria y grata. Hay algunas fórmulas un tanto extremas como la del “Amante fijo” que es muy socorrida y parece funcionar, pero lo malo es que así respondemos a las expectativas sexuales de los hombres y poco o nada a nuestras necesidades emocionales. Otras compañeras de género toman cruceros o viajan a playas concurridas en busca de un galán que de preferencia adorne su dedo con el anhelado anillo. Esto no siempre sucede, aunque hay excepciones que hacen que esta opción siga siendo atractiva. En fin, que formas de hallar compañía hay muchas, pero tener una pareja de por vida, o al menos por un largo tiempo, sigue siendo un deporte extremo.

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Aquellas que como yo creen en el amor, y en los apapachos y los besitos de buenos días, realmente tenemos un reto delante. Hay que volverse más audaces y encontrar nuevos círculos que de preferencia respondan a nuestros intereses, y así aumentar nuestras posibilidades de encontrar al esperado, ese hombre amoroso y dulce que disminuya nuestra sensación de vacío y cubra nuestras necesidades emocionales, que por más que queramos negar y hacernos las machas, sí las tenemos.

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Pero la esperanza muere al último, y vale la pena aprender a ejercer la paciencia si se quiere encontrar un afecto, una compañía, algo que dure un poco más que el tiempo de una serie televisiva.