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El Orgulloso

                                                                     FUENTE: Pinterest

Por XÓCHITL NIÉZHDANOVA

Eneatipo II, El Orgulloso

¿Hay acaso entre tus conocidos alguien que viva eternamente preocupado por halagar a los demás, por mostrarse solidario y colaborador? Siempre existirá aquel que se esfuerza por ser aceptado en el grupo a toda costa. El que vive pendiente de las necesidades de otros para ofrecer de inmediato su ayuda; pese a no ser requerida. Ese sin duda es “El Orgulloso”. Un personaje altamente emocional, a menudo seductor, y en exceso dadivoso. Que adula a todo mundo y exhibe un afecto superficial, siempre en espera de ser correspondido. Con frecuencia “El Orgulloso” busca ser el centro de atención; llegando a comportarse con una fuerte dosis de histrionismo. Debido a su necesidad de relacionarse, estos individuos suelen tener muchos conflictos con otras personas, sobre todo por lo que respecta a temas “del corazón”. Los individuos de este Estilo de Personalidad suelen ser hedonistas, despreocupados, impulsivos y rebeldes frente a cualquier restricción de su libertad.

Lo más importante para “El Orgulloso”, es compartir el afecto en el núcleo de sus conocidos; y siempre estar disponible para ellos. Son empáticos en alto grado, y pueden anticiparse a las necesidades ajenas. Cuando se trata de manifestar una opinión en grupo, se solidarizan siempre con alguien, antes que defender su propio punto de vista. En su aspecto “luminoso” resultan ser individuos muy asertivos, altruistas, que se hacen cargo de las necesidades ajenas sin dejar de respetar su propia personalidad y necesidades emocionales. Poseen grandes dotes como consejeros espirituales o de cualquier tipo, ya que se dedican en cuerpo y alma a liberar a todo mundo de su sufrimiento. En cambio, si dejan entrever su lado “oscuro”, pueden resultar muy dependientes, orgullosos e incluso hostiles. Suelen reprimir sus necesidades para cuidar de otros, actuando compulsivamente en su afán por ayudar. Siempre mantienen en el fondo un deseo de ser reconocidos, valorados y amados por lo que dan. Cuando se entregan por entero, inmediatamente empiezan a sentir un profundo miedo al abandono y la soledad.

 

En su aspecto más regresivo “El Orgulloso” puede llegar a emplear la manipulación, la seducción y la adulación para darse a notar, y obtener así el reconocimiento que busca. Si la adulación va dirigida hacia ellos mismos se vuelve auto engrandecimiento, el cual está unido indiscutiblemente al orgullo. Aunque en realidad se inclinan tanto al halago como al desprecio oculto por los demás. Cuando su necesidad de dar es muy grande se vuelven egoístas, exagerando la importancia de la ayuda que ofrecen, y enalteciendo su propia persona frente al resto. Pueden llegar al punto de buscar deliberadamente las flaquezas de otros para fabricarles necesidades; en un intento por convertirse en su soporte insustituible. Entonces exigen atención excesiva. Lo que “El Orgulloso” hace es sustituir sus sentimientos de desesperación egoísta y agresión, con una personalidad de mártir altruista; cuyos esfuerzos por brindar ayuda deben ser reconocidos a toda costa. Muestran la hostilidad que ocultan como si fuese amor verdadero.

 

Esta personalidad padece un grado de narcisismo que lo lleva a enamorarse de sí mismo al identificarse con una imagen glorificada de él. Por ser tan “bueno” se coloca por encima de los demás. Aunque en el fondo es un ser necesitado de estima propia y ajena. Las mujeres pertenecientes a éste carácter se muestran competitivas frente a otras mujeres a la hora de conquistar al sexo opuesto. Tienen fantasías de poseer un cuerpo irresistible, y se comportan como divas o mujeres fatales. Otros de los rasgos que caracterizan a esta personalidad son: una expresión exagerada de las emociones, un ansia de actividad y excitación, explosiones de ira y rabietas irracionales como parte de su personalidad histriónica. Son percibidos por otros como hipócritas y carentes de autenticidad. Egocéntricos, autoindulgentes y desconsiderados a veces.

Cuando “El Orgulloso” logre reconocer sus propias necesidades, descubrirá que su valor no depende de dar y estar disponible para los demás. Reconocer sus limitaciones puede resultar doloroso, pero eso le ayudará a tener una verdadera capacidad de entrega, que no lo haga sentirse consumido por los requerimientos ajenos. Es necesario que “El Orgulloso” descubra el vacío existencial que lo empuja a conducirse de esa forma. Debe aprender a amarse, y a atender sus necesidades con el mismo cuidado que lo hace con las de los demás. De esta manera podrá elegir dar, pero en función de lo que verdaderamente necesita la gente, y no de lo que supone que quieren. Una vez que aprenda a ser generoso por las razones correctas, y a no hacer de sus relaciones el centro de su preocupación, la gente se acercará a él sin que requiera hacer nada para ello.

 

Entre los “Orgullosos” famosos se encuentran: Napoleón Bonaparte, Evita Perón, Madre Teresa de Calcuta, Papa Juan Pablo II, Charlize Theron, John Travolta, Jennifer López y Shakira.

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