El Loco es la carta más poderosa de la bajara. Normalmente se piensa en un loco como alguien fuera de la realidad, que no atina a comprender su entorno y vive sumido en su propio mundo, comportándose de manera bizarra y alterando el orden de lo rutinario. Sin embargo, en el Tarot El Loco es un personaje versátil y casi mágico vestido de bufón. Como el Jocker de la bajara española. Puede aparecer en el sitio más inesperado y desaparecer de la misma manera impredecible. Esta carta ostenta el número cero, que hace las veces de una cifra cabalística al significar tanto el vació como la totalidad al mismo tiempo. En el viaje del héroe, descrito a través de cada una de las cartas del Tarot, desde el Mago (número 1), hasta el Mundo (número 21), El Loco puede aparecer en cualquier posición e instante del recorrido, y alterar el curso de los acontecimientos.

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A pesar de hallarse mal de sus facultades mentales en apariencia, El Loco es un personaje dotado de poderes inigualables. En Grecia había la creencia de  que dar alojamiento a un loco prevenía contra el mal de ojo. Este personaje es un vínculo entre el mundo cotidiano donde vivimos la mayor parte del tiempo, y el mundo de la imaginación donde habitan todos los personajes del Tarot. Así El Loco a través de su intermediación entre ambos mundos nos envía eventualmente los mensajes provenientes del mágico mundo arquetípico del Tarot. Desde el punto de vista simbólico es un vigilante que observa y transmite nuestros actos al poder superior, trayéndonos de vuelta sus designios al irrumpir inesperadamente en medio de una lectura de la baraja. A menudo El Loco puede jugar a ignorar la realidad cuando en verdad es él quien ostenta la verdad y la sabiduría, resguardando los secretos de nuestra vida y simulando ignorarlos.

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En muchas barajas del Tarot El Loco aparece con mirada soñadora y distraída, a punto de avanzar al final de un precipicio. Lleva un hatillo al hombro, como si hace tiempo se hubiera embarcado en un largo viaje sin retorno, y lleva por compañía un perro que lo sigue a todas partes, y lo protege de los peligros a los que su distracción parece conducirlo inevitablemente. A pesar de parecer que está a punto de caer desde lo alto de una barranca, en un accidente fatal, El Loco realmente simboliza el poder de la guía interior y la intuición, que nos conducen prácticamente a ciegas por el sendero correcto. Su inocencia y la despreocupación con que enfrenta los distintos peligros de su trayecto nos invitan a tomar la vida con más ligereza, sin quebrarnos tanto la cabeza en desgastantes reflexiones, y avanzar con más confianza y valor depositando el resultado de nuestros esfuerzos en el poder omnipresente que nos vigila.

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La energía del loco nos impulsa a realizar los retos más arriesgados y atravesar las barrancas más temibles. Sin la energía del loco seriamos meras marionetas hechas de paja, incapaces de cumplir nuestros propósitos. En apariencia este personaje indomable nos empuja a las tareas más inciertas y temerarias, pero su capacidad visionaria y la intuición que emana desde su ser interior nos garantizan el éxito de cualquier empresa. A veces, en la vida es necesario cerrar los ojos y saltar al infinito en un acto de fe, de modo que nuestros anhelos más profundos se realicen. Y es precisamente El Loco, el incomprendido de la baraja, quien nos invita a confiar en el futuro, conectar con nuestro poder superior que siempre nos protege y dar un salto a lo desconocido diciendo si a la vida.