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El Beso de la muerte

FUENTE:  Arte Manifiesto / Harumi Hironaka                           

Por La Oscurecida

JULIO 16, 2018

La única forma de vivir realmente es morir primero. Se lee loco y crudo; sin embargo, no lo es. En los últimos meses he experimentado todo tipo de situaciones; desde la decepción y la mirada sin velo de la vida tal como es, hasta la experiencia de vivir la humanidad en su verdadera “naturaleza”, la que no es posible ocultar cuando te ves inmerso en la problemática interna, al tiempo que te enfrentas a la realidad del exterior.

 

Ciertamente, nadie puede ir en contra de sí mismo. La gente es lo que es, y muestra su parte más oscura a quien menos lo merece. Y es aquí donde morir da nueva vida, porque conocer la naturaleza de quien está cerca de ti te sacude la conciencia y te abre el camino a la libertad, a la cordura, a la ética, a la moral…

 

Durante mucho tiempo he vivido en un pozo de crudeza, cerca de personas que dan lo peor de sí mismas sin detenerse a reflexionar sobre el daño que hacen a quienes les rodean. He dado sin tregua, sin esperar nada, apostando siempre por el bien que produce al universo el contrapeso de las buenas acciones de los que tenemos en el interior amor de sobra.

 

Pero también ese músculo de benevolencia se agota, hay días en que las malas vibras se apoderan de nuestras convicciones más generosas y las asfixian, y entonces hay siempre almas que mueren. Hace poco fue un día de esos, de soledad y cansancio extremo, así que solo me senté a observar cómo se extinguía el atardecer, y lo que vi fue un corazón inmenso abrirse paso entre el lodo para darme un beso y despedirse. Entonces, me atreví a morir en paz…

En Los Calzones de Guadalupe

tenemos buena estrella,

porque podemos soñar y mostrar el alma sin pena

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