Si eres una mujer inteligente, trabajadora y dueña de sí misma no permitas que un trabajo te haga entregar 8 horas diarias de tu vida, o más, a un lugar donde todas tus fabulosas características representan una afrenta permanente al mundo Godínez, donde hay jefas inmorales y represoras, jefes incompetentes a todas luces que no asumen una sola responsabilidad sobre nada, compañeros borrego que entregan la dignidad con tal de no perder el empleo y una invitación constante de todos a tu alrededor de arrastrarte a la mediocridad, o en el mejor de los casos de aplastar tu talento, tus potenciales, y tu creatividad para volverte un tecnócrata más.

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¿Cómo saber que estás en un trabajo al que hay que decirle NO?, bueno, hay señales que te lo están gritando pero tal vez no has estado poniendo atención:

1 Es un lugar en donde no respetan tu autoridad laboral

Cuando te contratan para un puesto de trabajo, sea cual sea, entras en un esquema de jerarquías laborales que existe por una razón y se debe respetar para que las cosas funcionen. Si en la chamba en la que estás, esa jerarquía no se respeta y tus superiores te restan autoridad, capacidad para tomar decisiones o autonomía laboral de acuerdo a la escala de mando establecida, eso quiere decir que estás en un trabajo que no te conviene.

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2 Te degradan públicamente todo el tiempo

Si en tu trabajo se pasa por alto el respeto y la dignidad que merecen todos los seres humanos en general, y en este caso los empleados de una compañía, sin importar la posición que ocupen, quiere decir que el lugar donde te contrataste es completamente inadecuado. Existen instancias jurídicas que protegen los derechos de los trabajadores, incluso a un nivel que muchos desconocemos. Y ni hablar de todo la maquinaria jurídica nacional e internacional que aboga por los derechos humanos básicos.

 

El respeto a la integridad física y moral de cualquier persona es uno de los derechos fundamentales que te corresponden como individuo y como trabajador.

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3 Impiden tu desempeño laboral

Es inconcebible la idea de que en tu puesto de trabajo te impidan hacer lo que te están pagando por hacer, o sea tu trabajo. Sin embargo esto ocurre con una frecuencia increíble en los ambientes laborales, especialmente los burocráticos.

 

Cuando te encuentras con un jefe o un compañero de trabajo incompetente y que te quiere hacer la vida de cuadritos porque su mediocridad no le alcanza para más, es muy común que hagan todo lo posible para que no te desempeñes laboralmente como quisieras o como se espera de ti.

 

Las razones son absurdas, exasperantes y patéticas, pero sucede en la vida real. Lo hacen para bloquear tu desarrollo, o simplemente para hacerte sentir mal. Así es la vida, a veces te encuentras en situaciones laborales ridículas y con personajes que parecen de serie de Netflix.
 

4 Invaden con demandas laborales tu tiempo de descanso

Todos los trabajadores tienen derecho a un horario de trabajo limitado a 8 horas diarias, un tiempo de descanso, vacaciones al menos dos veces al año. En el pasado, generaciones de hombres y mujeres lucharon y murieron para tú tuvieras ese derecho. Pero ahora resulta que las tasas de desempleo crecieron bárbaramente, la gente mata por un trabajo, y los jefes se pueden dar el lujo de explotarte como si estuviéramos en tiempos del esclavismo, pedirte que trabajes horas extras por un sueldo miserable e incluso invadir con llamadas telefónicas, emails y whatsaps interminables tu tiempo de descanso, ese que a veces se reduce a 6 horas de sueño nocturno relativo.

 

La verdad es que cada vez son más los empleos que funcionan así. Pero esto no quiere decir que debas tolerarlo.  El tiempo destinado a tu descanso no sólo es un derecho laboral, también es una necesidad vital, no puedes funcionar adecuadamente y con la eficiencia que requieren las empresas si no se respetan las horas que tu cuerpo y tu cerebro requieren para recuperar las energías. No deberías seguir en una trabajo que te exprime hasta la aniquilación física y mental.

 

5 Convierten en afrentas personales los problemas laborales

Los problemas laborales siempre han existido y seguirán existiendo. Para que una empresa funcione, quienes trabajan en ella tendrán que enfrentar todo tipo de situaciones y resolverlas, de eso se trata trabajar, ser parte de un equipo. Pero los problemas, cuales quiera que sean, deben quedarse en el ámbito laboral. No hay ninguna razón válida para convertir un problema laboral en un asunto personal. Es parte del profesionalismo y la ética laboral que se requiere de cualquier empleado. Esta actitud es lo que se espera de personas capaces para el puesto que les ha sido asignado y con la madurez psicológica y emocional que todo empleado debe probar al ser contratado por una empresa seria.

 

Si en el trabajo en el que estás se dan situaciones en las que los problemas laborales se vuelven afrentas personales, deberías reconsiderar la seriedad de la empresa para la cual trabajas y su conveniencia para tu desarrollo profesional. Ninguna empresa que contrate gente con actitudes infantiles hacia la problemática laboral o no aptas para desempeñar su cargo con ética y profesionalismo, puede jactarse de ser una empresa seria y confiable.

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En el mundo en el que vivimos hoy, con la enorme diversidad de posibilidades que existen para ganarse la vida y crecer profesionalmente, no es aceptable ya que renuncies a tu dignidad y el respeto que te debes a ti misma a cambio de unos cuantos pesos.

 

Si estás en un trabajo que reúne todas estas características y en el que no estás creciendo desde ningún punto de vista, no te engañes más, tu eres capaz de mucho más que eso, dile hoy mismo NO a ese trabajo.