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De Ninguna Manera

FUENTE: artsy.net/artwork/Malcolm T Liepke/Sneer

Por MOUNA VERT

DE NINGUNA MANERA

 

No, no es mi intención iniciar escrito alguno con una negativa pero hay veces que por mas que intente evitarlo el NO aparece rotundo. Y este es el caso!

 

Seré contundente, NO, no estoy dispuesta a aceptar que una persona, por cercana que sea, me imponga su parecer sobre a quién sí y a quienes no puedo invitar a mi casa. Simplemente no lo acepto. 

 

NO, no puede ni siquiera insinuarlo. Los motivos que tenga para no querer encontrarse con uno de mis invitados es algo que a mi no me incumbe, es su problema y ella es la responsable del cómo afronta la circunstancia. 

 

Puede tomar la decisión que quiera, ya esta "grandecita" para saber qué quiere sin ocultarse atrás de mí exponiéndome  frente a los seres cercanos a nuestra familia. Las cuitas, dolores, corajes e impotencia de los demás no tienen porque derivarse a mi casa... Mi casa, mi hogar está fincado en Amor, en Paz, en Armonía, en Aceptación y en Alegría. Todo el que venga en buena voluntad es bienvenido y desde luego, NO, no tiene porque conversar, saludar de mano o dar un abrazo a quien para ellos es inoportuno, puede en cambio permanecer sereno, comportarse como un invitado mas y evitar confrontaciones innecesarias que para ello tiene su casa.

 

La casa de cada uno de nosotros es sagrada y nadie, nunca, debe siquiera insinuar a quien privilegiar bajo nuestro techo. 

 

Los recuerdos que tengo de la infancia siempre incluye reuniones maratónicas que empezaban muy temprano en el día prolongándose hasta la madrugada. Llegaban a casa de mis padres, mis tías o mis primos todos los que deseaban pasar un buen rato, TODOS. Se conversaba en conjunto o por segmentos, daba igual, nos reímos sin restricción y bailábamos hasta morir...TODOS JUNTOS, niños, adultos, familia, amigos, invitados de los amigos, TODOS. Habría problemas entre unos y otros, tal vez, nunca lo supe. Todos sabíamos cual era nuestro lugar y ninguno quería imponer su criterio sobre el de otro. El que estaba incómodo, si es que había alguien con ese malestar se disculpaba elegantemente o se quedaba y convivía como persona educada. 

 

Es de cada uno tomar sus propias decisiones y afrontar cada uno las consecuencias de nuestros actos. No es de hombres, ni de mujeres cobijarnos bajo la tutela de otros y convertirnos en víctimas de una verdad que existirá sólo en nuestra imaginación mientras no la exorcicemos con la realidad. Los motivos que tengamos para alejarnos de cualquier persona son nuestros, intentar o lograr  manipular a los demás victimisándonos para salirnos con la nuestra es también responsabilidad personal que asume, sin duda, la mancuerna que se sujetan a ello. Decía mi mamá que "tanto peca el que mata la vaca como el que le agarra la pata" así que NO, no acepto cargar sobre mi espalda motivos ajenos.

 

Mi casa es y será siempre (así lo aprendí y así lo deseo) una casa de puertas abiertas. Bienvenidos sean todos.

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