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El Manual de la Mujer Insatisfecha

FUENTE: Pinterest/Malcolm Liepke

Por MARIANA TRISTÁN

Mayo 8 2018

EL ABC

 

“La mujer aún representa la personificación de una fuerza vital que es a la vez intensa, liberadora, peligrosa y terrible. Algo que no puede evitarse, pero que debe enfrentarse. Nadie puede decir, sin embargo cuándo rendirse y cuándo resistir; y no hay quien se atreva a decir cómo ha de lograrse la combinación perfecta”.

 

Sobre la naturaleza de las cosas eróticas

Francisco González Crussí

 

Creo que ya no quiero nada.  Caigo sobre el sillón abatida sintiendo que las ideas se me escapan y la intención se me desgana en el centro del estómago porque sin darme cuenta me fui quedando sin querer nada, sin sentir nada. Ya no quiero nada.

Él sale de la habitación furioso, y aunque no azota la puerta tras de sí, presiento en sus movimientos bruscos la rabia que hubiera podido hacerlo.

 

¿Cuántas veces ha terminado todo así?  Muchas menos de las que quisiera, porque al final él siempre regresa, y devuelve la agresión con besos, con caricias, y se vuelve un niño que pide afecto, que no entiende de complejidades emocionales, que es básico, instintivo, desvalido, malquerido, que dice a todo que sí, y está arrepentido.

 

Y yo entonces me pierdo, por que la rabia me da un sentido, una dirección, una certeza de lo que no ha sido, de lo que ya no quiero que sea, y su aparente sumisión en cambio me desconcierta, me desequilibra, me pierde, y yo ya no sé lo que quiero, y entonces él sale triunfante sujetando la razón como presea sobre el gesto ambivalente que lo dice todo sin mencionar nada:

 

“Lo ves, las mujeres no saben lo que quieren”.

En Los Calzones de Guadalupe

tenemos buena estrella,

porque podemos soñar y mostrar el alma sin pena

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