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Anorexia Nerviosa

por  Lorena Villarreal

 

Las enfermedades como la anorexia nerviosa – tan comunes en nuestros días– están asociadas a conductas no adaptativas cuyo origen es una combinación de factores psicológicos, sociales, y biológicos que en ocasiones están vinculados a la genética personal. Las mujeres que son presa de esta enfermedad, altamente dañina, pudieron haber estado sometidas durante su infancia y adolescencia a ambientes familiares de mucho estrés, mismo que ningún adulto les ayudó a manejar en su momento. De esta forma, la anorexia nerviosa se convierte en un recurso del individuo que lo defiende de la completa desintegración psíquica y emocional, como la mayoría de las enfermedades que tienen su expresión en la conducta humana.

Este padecimiento – letal en la mayoría de las ocasiones – es el escudo que estas mujeres construyen frente a la ansiedad extrema que les provoca el entorno cotidiano, el cual experimentan como un caos a nivel de su psique, que les resulta imposible de controlar. Es entonces, que el único recurso que les queda para mantenerse a flote, en medio de la ola de estímulos negativos que las invaden, es el control sobre su propio cuerpo.

La anorexia nerviosa suele dar inicio en la pubertad y en la primera adolescencia, cuando la estructura de la personalidad aún no ha terminado de conformarse. Carencias como la falta de una buena autoestima, la tendencia a la depresión, la sensibilidad extrema de la psique, sentimientos de inseguridad, la mayoría de ellas propias de una mujer tan joven, son factores que incrementan la propensión de la mujer a contraer anorexia nerviosa. Su cuerpo se convierte en el centro de donde intentan rescatar algún sentimiento de valía, e inicia una conducta compulsiva por bajar de peso para ajustarse a los estándares de belleza establecido por la sociedad contemporánea. De esta forma, las jóvenes comienzan una carrera en picada hacia una conducta autodestructiva cuyo fin, en el 15% de los casos, es la muerte.

Empiezan por rechazar el alimento, y dejan de nutrirse de manera adecuada. Cuando una mujer con anorexia nerviosa se mira al espejo, siempre ve en él desaprobación y miedo; además de un cuerpo gordo que rechazan y odian al mismo tiempo. Es evidente que la enfermedad provoca una distorsión de la percepción que la mujer tiene de sí misma, a grados extremos. La anorexia nerviosa se convierte en un suicidio a cuenta gotas cuyas manifestaciones –comenzando por una pérdida de peso exagerada– afectan psicológicamente tanto a la paciente como a los seres queridos que intentan ayudarla a sobrevivir. En el interior de la conducta compulsiva por perder peso, se encuentra un desprecio inconsciente o manifiesto por la vida, y el deseo de muerte.

Para subvertir los efectos devastadores de la anorexia nerviosa, es imprescindible el apoyo familiar, y que el paciente reciba el reforzamiento emocional adecuado para comprender que es un individuo digno de amor, lo cual en condiciones alteradas de su mente no es tarea fácil. Muchas veces estas pacientes deben tocar fondo para superar la enfermedad, llegando a condiciones dolorosas para todos los involucrados. Sin embargo, muchas mujeres sobreviven a la anorexia nerviosa por muchos años, y se habitúan a sus nefastos síntomas, hasta que la maduración de su personalidad las hace emprender su recuperación. En estos casos la enfermedad no deja de tener las connotaciones de sufrimiento físico y emocional que conlleva, pero si la mujer emprende una serie de conductas encaminadas a la consolidación de su personalidad, es posible que al llegar a la edad adulta los síntomas de esta terrible enfermedad disminuyan, aunque no desaparezcan nunca del todo.

El esfuerzo de las mujeres que sobreviven a la anorexia nerviosa es monumental, implica un trabajo diario por reconocer su valía, recuperar la autoestima, adquirir confianza en sí mismas y terminar por ser sus propias madres nutricias, que protegen y cuidan de su salud física y mental, y se proporcionan a sí mismas el afecto necesario para sobrevivir a la enfermedad. Es una lucha por la recuperación de su individualidad, y el reconocimiento de que son mujeres valiosas, dignas de amar y ser amadas. Llega el momento en que estas mujeres – que han pasado por un largo camino de pruebas de vida – logran ponerse de pie por sí mismas en un mundo que nunca dejará de presentar amenazas, o situaciones hostiles, pero que sin embargo ellas han aprendido a enfrentar con fuerza interior y decisión.

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Lorena Villarreal

Vigoréxica consumada, es amante de su cuerpo y se considera una narcisista incorregible. Residente permanente de gym y adicta a las pistas. Escribir y correr son sus válvulas de escape.

Los Calzones de Guadalupe Staff

Aquí hablamos de lo que importa decir, que es generalmente lo que nadie quiere escuchar

Tags   anorexia, anorexia nerviosa, autoestima, cuerpo, desorden alimenticio

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