Efectivamente lo que me gusta es escribir, todas las mañanas cuando abro mi whatts espero con ansias encontrar algún mensaje escrito de mis amigos, pero no!!! Estamos en la era de los memes, flayers, reflexiones valiosas pero impersonales, puedes mandar la misma a varios grupos y con eso saludas, felicitas, tienes buenos o malos deseos, ¿qué le pasó a la comunicación individual donde uno habla de sus sentimientos de sus dolores de sus frustraciones?, tal vez de lo que soñó la noche anterior o el debate político de nuestras próximas elecciones. Será que  nos hemos convertido en robots de la comunicación y no me he dado por enterada, será que ya no importa trasmitir sino sólo estar presentes con el otro en una colorida y llamativa estampa o en una larga reflexión que pocos se atreven a leer completa.   A dónde quedaron esas pláticas donde uno a través de la letra puede reír, llorar o simplemente decir “hola tengo ganas de platicar contigo”, saber que para la otra persona existo y tiene la opción de conectar conmigo y yo con ella.

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No es de extrañar que las relaciones de cercanía estén en desuso, en vez de decir te extraño, te quiero, me siento mal, me siento feliz, enviamos un emoticon cuya respuesta será otro de la misma familia. ¿Entonces? La necesidad existe.

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Los seres humanos tenemos grandes necesidades de afecto, de reconocimiento, de relación que no se pueden suplir con un símbolo con unas manitas aplaudiendo…   

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Curioso es lo que ahora mismo pienso,  ¿será qué lo que a mi me gusta es compartir, platicar, escuchar, que me escuchen?, ¿será que mis necesidades de dar y recibir superan los divertidos  medios de comunicación actuales?    ¿Tal vez será que estamos en tiempos de soledad acompañada o diría yo engañosa? ¿Si efectivamente nos estuviéramos engañando al pensar que le importamos a los emoticones cuando realmente necesitamos ese hombro para reír o llorar?

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Tal vez sería tiempo de reconsiderar, de cambiar, de buscar compartir no sólo pasar lista diaria con nuestros amigos del Chat. Estamos solos con nuestro celular en la mano y con nuestros deseos de pertenecer, de importarle  a “alguien”

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Tal vez lo primero que tengamos que hacer es darnos cuenta de qué es lo que necesitamos y queremos en nuestras vidas, tal vez podríamos llegar a la conclusión que el cariño se cultiva a la antigüita, que el tiempo qué tomemos para intercambiar comentarios es un tiempo de siembra de amor, que como cualquier siembra dará una cosecha que será igual al cuidado que pusimos en ella.   

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Comunicarse a través del chat es lo de hoy y lo entiendo, sólo quisiera poder leer y así escuchar al otro por medio de sus palabras escritas, que quieras o no, son su voz.